Las imágenes enviadas al Sistema de Alerta Pilcomayo de una gran mortandad de peces en la zona seca del Bañado La Estrella en Formosa, evidencia más la situación crítica que atraviesa el Gran Chaco, por la extrema y angustiante sequía de la región de la que no se tiene registro en los últimos 40 años.
A mediados de la semana pasada, los pobladores comenzaron a registrar la mortandad en una de las compuertas del embalse hídrico que pasa a 50 kilómetros de la ruta provincial 28.
Al respecto, Hugo Bay, Subsecretario de Recursos Naturales de Formosa explicó que esta mortandad es por “la sequía que existe en la zona, precisamente en la parte del bañado donde ingresa menos agua”.
El funcionario provincial explicó que “cuando se va el agua la gran mayoría de peces que quedaron mueren por el calor o la sequía, pero a su vez esa mortandad es aprovechada por el ecosistema del bañado”.
Sobre la situación consideró que “hay un gran desconocimiento por fuera de la provincia cuando se dan estos fenómenos en el humedal del Bañado La Estrella“, y señaló que “el río Pilcomayo está entre los dos o tres ríos del mundo que más sedimentos trae”, puntualmente desde Bolivia.
Bay detalló que ese bañado recibe gran cantidad de agua en marzo y abril porque esa es la temporada de lluvia en ese país y para los meses de septiembre y octubre comienza la época más seca que tiene la particularidad que presenta una zona con mucha humedad.
Según señaló “en la zona aparecerán más aves y mamíferos para alimentarse de los peces, lo que sucede año tras año donde hay cigüeñas, garzas, como también el yacaré overo que estuvo a punto de extinguirse y lo ves ahí; alimentándose”, remarcó Bay.
Por su parte, Alejandro Brown, presidente de la Fundación ProYungas y coordinador del Proyecto Pilcomayo Área de Gestión Compartida (FFEM-UE) dijo que “las mortalidades de peces no son eventos raros, algunos de gigantesca magnitud ocurren por distintos factores, siendo los más importantes la sequía y reducción de los cuerpos de agua, las altas temperaturas (a veces las bajas también) y en general una combinación de ambas, aumentan las condiciones de hipoxia”.
El Bañado La Estrella representa un conjunto de hilos de agua que se unen, siendo su máxima carga de agua en mayo cuando se acumula el agua proveniente de las lluvias estivales del sur de Bolivia ocupando más de 400.000 hectáreas. A partir de ese momento el líquido va reduciendo su volumen hasta un mínimo que se inicia en los meses de septiembre y octubre, a la espera del inicio de las lluvias, que ocurren a partir de mediados de noviembre habitualmente, aclaró Brown.
“Este año el Gran Chaco ha sido particularmente seco y la mayoría de las cañadas, lagunas y bañados se han secado o reducido considerablemente. El Bañado La Estrella no ha sido la excepción y, a un brazo del Arroyo el Salado que estaba quedando aislado por la reducción del agua y otros factores, se le sumó el cierre de una compuerta que completó la tarea, generando la situación por todos ya conocida”, dijo Brown.
“La actual situación debe poner de relieve que el futuro ambiental de la región está asociada a una necesaria y eficiente gestión del recurso del agua. La Provincia de Formosa dio un importante paso en ese sentido declarando a toda el área como Reserva de Recursos Hídricos”. A esta declaración debemos sumar mejoras significativas en la gestión del agua para que localidades como Lomitas, Pozo del Tigre, Ibarreta y Pirané, sigan recibiendo la necesaria dotación del suministro, “pero que ello no implique poner en riesgo una parte de su biodiversidad”, expresó.
También el biólogo y director de Recursos Naturales de la Provincia, Franco del Rosso aclaró que la mortandad de los peces se debe a la “anoxia en el agua”.
Señaló que la región está afrontando un proceso de sequía histórica y que “independientemente de que estén cerradas o abiertas las compuertas, en determinadas épocas del año, de acuerdo a la temperatura y a la altura que tiene el Bañado La Estrella, se produce la falta de oxígeno, lo que produce la mortandad de los peces”.
La situación, según pormenoriza el especialista, son comunes en el bañado y en Formosa todos los años en determinadas épocas, generalmente cuando hay poco volumen de agua, comienza a provocar la muerte de peces.
“No hay peligro de un impacto negativo para el resto del ecosistema y es un proceso cíclico”, resaltó.
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