En medio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) debido al COVID-19, en distintos puntos del país se ha empezado a sentir un desmesurado olor a quemado, el humo irrumpió a orillas de ciudades costeras. Inmediatamente los medios de comunicación se trasladaron a esos focos de incendios y pudieron registrar el fuego descontrolado en el Delta del Paraná y alrededores.
¿Qué son los humedales?
Los humedales son ecosistemas naturales que proveen un conjunto de bienes y servicios que garantizan la calidad de vida tanto de los pobladores y las pobladoras locales como de los habitantes de las áreas vecinas. La provisión a la sociedad de esos bienes y servicios ecosistémicos depende del mantenimiento de la integridad ecológica de los humedales. El 40% de la biodiversidad mundial vive o se reproduce en los humedales, son grandes filtros depuradores y reservorios de agua dulce. Además, este ecosistema regula el control de crecidas, recarga aguas subterráneas y mitiga el cambio climático. Los humedales amortiguan los impactos de las lluvias y almacenan más carbono que ningún otro ecosistema, por eso son grandes aliados en la lucha contra el cambio climático. Ésta integridad se ve cada vez más afectada por la actividad desregulada del hombre, las megaurbanizaciones, avance de frontera agrícola, industrialización de procesos de pesca y deforestación. En Argentina existen aproximadamente 600.000 km2 de humedales, lo que representa el 21,5% del territorio nacional. Los humedales son ecosistemas muy heterogéneos, desde las turberas en Tierra del Fuego, pasando por los salares de altura de Jujuy, las Lagunas de Guanacache en Chaco, hasta el Delta del Paraná.
En los últimos 300 años, han desaparecido el 87% de los humedales del planeta. De gran importancia a nivel social, cultural, ambiental y económico, los humedales tienen una incidencia directa en posibilitar la vida humana.
Por esa razón es que distintos sectores de la sociedad y diversas organizaciones socioambientales exigen la urgente necesidad de aprobar una Ley de Humedales en Argentina.
¿De qué trata la Ley de Humedales?
En su artículo 1° la Ley de Humedales tiene por objetivo “establecer los presupuestos mínimos para la conservación, protección, restauración ecológica y uso racional y sostenible de los humedales y de los servicios ambientales que éstos brindan a la sociedad en todo el territorio de la Nación, en los términos del artículo 41 de la Constitución Nacional”.
Además, en su artículo 3°, la Ley de Humedales tiene como objetivo “promover la conservación y el uso racional de los humedales, mantener los procesos ecológicos y culturales de los humedales, garantizando los servicios ambientales que brindan, proteger y conservar la biodiversidad de los humedales, contribuir a la provisión del agua y regulación del régimen hidrológico en las distintas cuencas del territorio nacional, fomentar las actividades de conservación, manejo y uso sostenible de los humedales, garantizar y fomentar actividades de restauración de humedales, considerándose comprendidas en las mismas las tareas de diagnóstico, mitigación y recomposición, establecer criterios básicos de manejo y uso de los humedales para todo el territorio, que tengan en cuenta sus características ecológicas y su estrecha dependencia del mantenimiento de su régimen hidrológico, implementar las medidas necesarias para evitar la alteración de las características ecológicas de los humedales, identificando y limitando las actividades que amenazan su conservación y sustentabilidad y promover los medios de vida tradicionales en las áreas de humedales”.
¿Cuándo se empezó a tratar la Ley de Humedales en Argentina?
Los incendios ponen de vuelta en agenda a los humedales, como pasó en 2008, cuando se empezó a discutir el primer proyecto. En ese momento el disparador habían sido los grandes incendios en Entre Ríos, cuyas cenizas llegaron inclusive a Capital Federal. A su vez, el proyecto de ley fue presentado y aprobado en el Senado en 2013 por unanimidad, pero sin debate. De hecho, la versión taquigráfica evidencia que el entonces senador socialista, Ruben Giustiniani, presentó el proyecto y nadie hizo ningún comentario y así fue aprobado por unanimidad. Luego pasó a la Cámara de Diputados y ya en la primera comisión – de Asuntos Marítimos- se trabó sin ser siquiera discutida. El proyecto de ley quedó en esa comisión hasta perder estado parlamentario en 2015. Al año siguiente, fueron presentados varios proyectos que terminaron unificándose en el que presentó el senador Pino Solanas. En ese momento se produjo una discusión debido al peso político de Solanas y, por otro, por la oposición visible que se aglutinó detrás de la figura del senador entrerriano, Luis Alfredo De Angelis.
De este modo, el debate se dio entre sectores defensores de la conservación y sectores de la producción agraria. De ese debate surgió un nuevo proyecto con más consenso, no unánime, pero sí discutido por las partes. Por esa razón, hizo mucho ruido cuando se trabó nuevamente en Diputados. Luego de pasar por un par de comisiones, en 2019 se frenó definitivamente. Definitivamente, al ser un año electoral, no tuvo lugar en la agenda política ni hubo mucha movilización social.
