Brasil es uno de los tres países del mundo que más afectados están por la pandemia del COVID-19.
7.8 millones de contagios y casi 200.000 muertes hacen que la situación epidemiológica de este país esté al límite, con un panorama poco alentador.
En más de 40 países del mundo, incluidos 27 países europeos y varios del continente americano, se iniciaron diversas campañas de vacunación contra el COVID-19.
Teniendo en cuenta este contexto internacional, se podría establecer que Brasil, uno de los más golpeados por el virus, ya estaría muy próximo a inmunizar a su población; la realidad indica que esto no tiene una fecha definida.
El Presidente Jair Bolsonaro se mostró escéptico durante toda la pandemia respecto a las recomendaciones que se fueron dando desde la OMS y los centros de investigación de todo el mundo.
En el caso de la vacunación en Brasil, las autoridades sanitarias como la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria, indicó que hay más de 5 vacunas distintas contra el COVID-19 en etapas de prueba en el país.
Esta multiplicidad de opciones en un mercado tan grande como el brasileño, genera una serie interrogantes sobre la decisión que tomará Bolsonaro para empezar la campaña de vacunación en Brasil.
Sin embargo, desde el ejecutivo nacional anunciaron una partida presupuestaria de más de 3.000 millones de dólares americanos, destinados a comprar las dosis a aplicarse en este primer semestre de 2021.
Desde ANVISA, ente encargado del control sanitario y la gestión de la pandemia, ya anunciaron la compra e importación de más de 2 millones de dosis de la vacuna producida por la Universidad de Oxford y el laboratorio sueco Astrazeneca.
Esta situación es un tanto alentadora teniendo en cuenta la situación epidemiológica del país pero, ya anunciaron que estas dosis no serán aplicadas en, al menos, un mes.
Vacunas aprobadas por Brasil
Sumado a la compra de las dosis de la vacuna de Oxford, otro de los productos de este estilo que aprobó Brasil es Sinovac, de origen chino.
Además, una de las vacunas más utilizadas en el mundo -la de Pfizer- está pendiente de aprobación de parte de las autoridades sanitarias del país, sumado a la Sputnik V, la misma que está siendo utilizada en Argentina y Rusia.
Por otra parte, la vacunación en Brasil será universal y optativa, tras una disposición de Jair Bolsonaro sobre el tema.
Crisis política y económica
En las últimas jornadas, Jair Bolsonaro fue participe de una serie de eventos desafortunados en términos políticos y sociales.
El máximo mandatario brasileño desafió las medidas del Gobernador de San Pablo respecto a las restricciones en este Estado como prevención al COVID-19.
Allí, durante las fiestas estuvieron prohibidas las aglomeraciones en espacios cerrados y los controles policiales fueron estrictos.
Como contrapartida, Bolsonaro se mostró en su perfil de Twitter en una embarcación frente a una reconocida playa del Estado de San Pablo junto a miembros del gabinete nacional, y con un un mensaje contrario al del Gobernador -quien es opositor al presidente- se lanzó al mar.
– Na praia com o povo, 01/janeiro.
– Praia Grande/São Paulo.
– Presidente JAIR BOLSONARO. pic.twitter.com/Lqr33ZgrKE— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) January 1, 2021
Por otro lado, el Presidente brasileño declaró en las últimas horas que su país “está quebrado, no hay nada que se pueda hacer, hay muchos factores y uno de esos es el COVID-19”.
Lo cierto es que el coronavirus sigue su avanzada en el país vecino y la campaña de vacunación de Brasil no tiene fecha de inicio, además, la falta de políticas sanitarias empañan un panorama desalentador.
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