Brasil es el país latinoamericano más afectado por la pandemia del COVID-19 y uno de los tres más golpeados del mundo, solo por detrás de Estados Unidos e India.
En ese marco el Estado de Amazonas, al noroeste de Brasil, muy cerca de la frontera con Colombia y Perú, es el más azotado por la virulencia del Sars-CoV-2, que causó más de 9.000 muertes.
Además de los masivos contagios, hay que destacar que Amazonas, junto a los demás estados del noroeste brasileño, se encuentra entre los estados de más bajos recursos económicos.
Esto los pone en una situación de inferioridad respecto a la capital del país, Brasilia. Sumado a esto, la populosa población y masiva densidad de las ciudades importantes como Manaos, hacen que la llegada del COVID-19 haya hecho estragos en el sistema sanitario de la zona.
Zona crítica
La situación en Amazonas, específicamente en Manaos, su capital, es muy delicada.
El sistema de salud está en picos de estrés muy altos y los insumos, personal de salud y medidas políticas, no son suficientes para frenar la carga de coronavirus.
La situación parece no tener una fecha de fin. Es por esto que los recursos e insumos médicos ya empezaron a escasear en la capital estatal. Las fotos y videos que ilustraban la desesperación de los familiares de los enfermos para acercar un tubo de oxígeno a los centros médicos, estremeció a propios y extraños, ya que ilustró la situación que atraviesa esta ciudad.
El real impacto del COVID-19 se ve en los sanatorios y hospitales públicos de la ciudad, muchos de ellos sin un solo lugar vacante para enfermos. Esto llevó a las autoridades de Manaos a tener que derivar constantemente pacientes, vía aviones militares, a otras ciudades o Estados que puedan atenderlos mejor.
Los datos oficiales indican que, como pico máximo, se llegaron a derivar 76 pacientes en un solo día.
En ese marco debe recordarse que Brasil y Venezuela no tienen relaciones diplomáticas hace ya algunos años, debido a la postura del mandatario brasileño Jair Bolsonaro frente a los gobiernos chavistas. Sin embargo, la falta de oxígeno en los hospitales de Manaos -problema que ya causó la muerte de casi 50 personas– hizo que el Gobierno Estatal acuerde con el ejecutivo venezolano, el envío de una buena cantidad de tubos de oxígeno.
Es así que a la capital del Estado de Amazonas, llegaron 136.000 metros cúbicos de oxígeno, cargados de camiones, que vinieron a aliviar un poco la presión en los hospitales. De todas formas, esta dotación de oxígeno de parte de Venezuela no es suficiente ya que el sistema de salud de Manos utiliza casi 75.000 metros cúbicos por día.
Vacunación contra el COVID-19
Si bien uno de los Estados centrales de Brasil -San Pablo- ya inició la vacunación en sus ciudades, el resto del país espera decisiones por parte del Gobierno de Bolsonaro. Hace algunas jornadas se aplicaba la primera vacuna contra el COVID-19 en Brasil, siendo un gran paso en términos sanitarios pero también, una jugada política ya que el Gobernador paulista es acérrimo opositor de Jair Bolsonaro.
Sin embargo en términos nacionales, Brasil no inició su campaña de vacunación aunque ya se saben algunas cuestiones.
En primer lugar, Brasil ya cerró acuerdos con Pfizer, Astrazeneca, el Gobierno ruso y el chino por inmunizaciones, preparando una de las campañas más grandes de inoculación del mundo.
Además, como novedad, se confirmó que para diciembre de 2021, Brasil ya habría producido en su territorio más de un millón de dosis contra el COVID-19.
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