El monte chaqueño puede producir beneficios a la comunidad. Desde sombra hasta oxígeno para respirar. También ofrece la algarroba, una especie de árbol muy común en los bosques, de la cual se puede obtener alimentos, bebidas y complementos vitamínicos para el consumo humano.
Aprovechando eso, en 2020, el Gobierno de Chaco reactivó la CorFor S.A. (Corporación Forestal del Chaco Sociedad Anónima), una empresa con capitales estatales que tiene por objetivo preservar la biodiversidad del bosque chaqueño y trabajar en la valoración de los servicios ecosistémicos, que presta el potencial maderable y no maderable existente.
En este contexto, la CorFor SA comenzó a trabajar en la producción de los derivados de la vaina del algarrobo, como la harina de algarroba (sustituto del cacao y del café, más otros usos gastronómicos) para alimento humano, consumo animal y bebidas.
¿Dónde podemos encontrar algarroba?
La algarroba se encuentra entre los alimentos autóctonos más antiguos utilizados en Sudamérica. Es uno de los productos forestales no madereros principales de la Argentina. Su consumo se vincula a costumbres ancestrales, las comunidades elaboran la harina de algarroba con mortero de madera.
Estas plantas crecen como árboles o arbustos, se distribuyen principalmente en las regiones forestales, la región Parque Chaqueño, monte y espinal. Su presencia brinda múltiples beneficios al suelo como detener el avance de la desertificación, contribuir a la desalinización, minimizar el escurrimiento y controlar la erosión.
A pesar de la deforestación y los cambios de uso del suelo, el algarrobo sigue manteniendo su importancia para los pobladores locales. El árbol en pie implica sombra y forraje para los animales, provee alimento, tintes, gomas exudadas del tronco y ramas o por extracción de las semillas utilizadas como aditivos, o la miel.
¿Cómo procesar la algarroba?
El procesamiento de la algarroba consiste en recolectar los frutos del suelo, almacenarlos en una troja (depósito aéreo), secarlos al sol y molerlos en un mortero. El período de secado en condiciones climáticas favorables suele ser de dos días.
Una vez en la troja, la algarroba se entremezcla con algunas plantas repelentes de insectos como el atamisqui y el paico. De esta manera, se consigue conservar la algarroba durante uno o dos meses, ya sea porque es consumida o se deteriora a causa de los brúquidos y otros microorganismos.
Con el avance de la ciencia y la tecnología de los alimentos, es posible conservar la algarroba así como la harina, por largos períodos de tiempo, preservando sus propiedades nutricionales y organolépticas, además de obtenerse harinas más homogéneas. Con la harina, pueden cocinarse panes, masitas dulces y saladas, y postres cremosos.
También se puede consumir directamente disuelta en agua, leche o alternativas vegetales, como alternativa del cacao o bebidas solubles. Su sabor es agradable ya que es dulce. Se utiliza normalmente en recetas veganas para sustituir al huevo y los lácteos.
Proyectos futuros
“El bosque nativo ofrece servicios ambientales en las cuestiones que tienen que ver con el cambio climático y el cuidado del suelo”, valoró el presidente de la CorFor, Sergio Soto.
También detalló que el directorio de CorFor S.A. impulsa un plan de negocios destinados a incentivar el uso de los recursos forestales, con un abanico de posibilidades como la producción de los derivados de la vaina de la algarroba y otros alimentos.
Además, la empresa estatal planea incentivar la producción de goma brea -derivada de la extracción del árbol de nombre homónimo-, generación de energía limpia integrando el uso de biomasa vegetal y residuos de otras actividades forestales, con cultivos específicos desarrollados para producir bioetanol y utilización de residuos sólidos urbanos.
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