Los Presidentes de Estados Unidos y Rusia protagonizaron el primer cruce político de impacto internacional de este 2021. El norteamericano, Joe Biden, sacudió a la diplomacia internacional cuando en una entrevista exclusiva a una cadena de televisión de su país dijo que Vladimir Putin es “un asesino”.
Además, afirmó que cuando se prueben sus acusaciones, el mandatario ruso tendrá que ser sancionado ya que “interfirió en la democracia” de Estados Unidos.
Esta declaración de Biden trajo inmediatas repercusiones mediáticas, políticas y diplomáticas en todo el mundo y, por supuesto, la respuesta inmediata de Putin: “El que lo dice lo es”.
Además, el Presidente de la Federación Rusa chicaneó a su par con otras cuestiones que tiene que ver con el estado de salud de Biden, quien es el Presidente más longevo de la historia en asumir el poder en su país con 78 y terminaría su mandato con 82.
De esta manera, la declaraciones irónicas de Putin empezaron a circular en distintos medios de comunicación rusos y europeos, instalando la idea de que Biden tiene algunos “inconvenientes” en su salud, especialmente en términos cognitivos.
Estos rumores se hicieron cada vez más fuertes luego de que se hiciera viral un video en el que el Presidente de Estados Unidos intentara subir al avión presidencial y se resbaló tres veces consecutivas en la escalera de ingreso.
El fuego cruzado, intenso y un tanto violento, entre los dos presidentes también llegó a las Embajadas ya que, automáticamente después de las declaraciones del Presidente estadounidense, Putin se comunicó con su Embajador en Washington D.C. para establecer su estrategia. La Cancillería Rusa asegura que quiere evitar a toda costa la degradación de la relación con los Estados Unidos.
Cuando todo parecía haberse calmado, pasado unos días de las declaraciones de ambos mandatarios, el Embajador ruso, Anatoly Antonov, aseguró que desde la Casa Blanca se negaron a establecer una videoconferencia para que ambos Presidentes se rectifiquen en sus dichos.
Esto enfureció al Kremlin, cúpula de la política rusa, ya que entienden que “se perdió la oportunidad de encontrar una salida rápida” y finalizar el conflicto.
Todo este contexto preocupa a la comunidad internacional, ya que ambas potencias se alejan en términos diplomáticos, lo que puede repercutir en un comercio internacional que está en plena recesión por la pandemia del COVID-19.
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