El pasado 9 de junio, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó el uso de bitcoin como moneda de cambio y se convirtió en el primer país en legalizar una criptomoneda. En tres páginas, la norma permite el uso de la moneda para compra de productos y servicios en el país, y anuncia la creación de un fondo que garantice el acceso de los ciudadanos.
El presidente del país, Nayib Bukele, anunció el proyecto mientras se realizaba el evento de bitcoins más importante a nivel mundial, y la noticia fue recibida con gran entusiasmo entre los usuarios de las blockchain. Semanas después del anuncio, cabe analizar qué razones pueden existir para que un país como El Salvador se anime a ser el primero en dar curso legal a una criptomoneda.
He enviado el anteproyecto de la #LeyBitcoin a la @AsambleaSV. pic.twitter.com/9vFztvvryG
— Nayib Bukele 🇸🇻 (@nayibbukele) June 9, 2021
Un gesto a la comunidad
Detrás de las criptomonedas hay una gran comunidad de desarrolladores, divulgadores, inversionistas, mineros y SEOs: un colectivo desplegado en distintos polos alrededor del mundo, conectado para retroalimentarse y promover las blockchains como nuevo paradigma económico y cultural.
Juan Ruocco, periodista y divulgador de la cultura blockchain, en dialogó con NEA HOY explicó que “estos polos por lo general se forman naturalmente en lugares que presentan condiciones favorables para la comunidad“.
Estos son los casos de Argentina o Venezuela, donde las criptomonedas se convirtieron en una alternativa contra la inflación, o en Canadá, cuyas bajas temperaturas baja los costos de refrigeración que requiere la minería.
Sin embargo, también existieron iniciativas por parte de gobiernos que intentaron convertir sus países en polos de criptomonedas.
Para Ruocco, convertir al Bitcoin en moneda legal se encuentra en ese orden. Se trata del gesto más osado que Bukele pudo haber hecho a la comunidad de inversores para crear un polo de criptomonedas en El Salvador.
Sin ir más lejos, los anuncios fueron acompañados por apariciones de Bukele vistiendo una gorra blanca como si se tratara del SEO de un StartUp, twitteando fotos con ojos de rayos laser para generar una complicidad con los jóvenes mineros.
En el corto plazo, la estrategia parece estar funcionando. Después de su anuncio, El dueño del sistema operativo TRON anunció la apertura de oficinas en el país y STRIKE, la aplicación de intercambio que está desarrollando las condiciones mediante las cuales se podrá utilizar la moneda en la cotidianeidad, ya está siendo la más descargada en el país.
El Salvador is crypto nation now! #TRON will become the first crypto organization to establish an office in El Salvador! #Bitcoin #TRX
— Justin Sun 🅣🌞 (@justinsuntron) June 7, 2021
Una estrategia geopolítica
El economista Darío Ochoa es escéptico sobre el éxito que pueda tener esta empresa. Según explicó en una entrevista con NEA HOY, “darle curso legal a un activo tan volátil como una criptomoneda requiere un nivel de formalidad y agrega una complejidad que probablemente el estado salvadoreño no pueda afrontar”.
Sin embargo, analizando el tema desde un punto de vista geopolítico, Ochoa encuentra posibles razones que puedan explicar la decisión. Por un lado, para un país tan dependiente del dólar como El Salvador, las bitcoins pueden brindar más autonomía.
Por otro lado, Ochoa plantea la posibilidad de que el país busque generar una mini-city de activos de Bitcoins con regulaciones más laxas, tendientes al flujo de activos como lo hacen Dellaware en Estados Unidos, las Islas Caimán o Panamá.
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