En muchos casos, no solamente el acompañamiento de la familia o de los amigos es importante para salir de un estado de depresión. Se ha demostrado que el deporte es una vía de escape a enfermedades de este tipo.
Según estudios científicos, el ejercicio físico estimula la producción de proteínas que reparan las neuronas y aumentan su proliferación, es decir, la práctica deportiva reduce el riesgo de padecer depresión.
Los médicos coinciden que si se hace deporte hay menos probabilidad de sufrirla. Asimismo, si se prescribe correctamente, el ejercicio físico puede ser tan efectivo como otros tratamientos contra la depresión.
La historia de Martin
Martin de La Cruz es un futbolista misionero que juega en Defensores de Glew de Buenos Aires. Hace un tiempo y después de vivir lindas experiencias con el fútbol en Buenos Aires, decidió volver a estar con la familia en Posadas.
Después de un tiempo sintió que necesitaba lograr más cosas en el fútbol y volvió a la gran ciudad para buscar triunfar. Aunque no fue todo tan fácil: tras sufrir la lejanía del fútbol, llegó a padecer depresión.
“En el momento que sentí que estuve mal y no tenía cómo salir, llegó el llamado de un amigo de la vida diciéndome para volver al fútbol y todo cambió en mi cabeza”, señaló De la Cruz.
Allí tomó la decisión de firmar con Defensores de Glew, donde logró un ascenso y recuperó la felicidad que lo caracterizaba. Contó que hoy se siente feliz por jugar en el ascenso argentino y todavía sueña con más.
En este sentido, el futbolista, que sueña con volver a jugar otra Copa Argentina, afirmó: “Cada vez que salgo a la cancha siento paz. En el momento que no estuve bien le pedí mucho a Dios, el apoyo de mi familia y amigos incondicionales hizo que hoy me sienta lleno y feliz”.
El Morro, un desenlace trágico
En algunos casos la depresión se convierte en tragedia: el caso más reciente fue el de Santiago Morro García, que a los 30 años y con un gran rendimiento deportivo en Godoy Cruz, decidió quitarse la vida.
Hace tiempo se encontraba bajo tratamiento psiquiátrico por un cuadro de depresión, una situación a la que él mismo se había referido en diversas entrevistas al señalar que “los jugadores no son robots“.
“No estamos hechos de acero, nos pasan cosas y eso hace que el rendimiento dentro del campo de juego no sea el óptimo. Las he podido ir superando de a poco, apoyándome en mucha gente”, explicó un tiempo antes de su fallecimiento.
El jugador se quitó la vida el 4 de febrero de este año y significó un shock para el mundo futbolístico.
Indudablemente el deporte es salud, pero el acompañamiento de familiares y amigos también son el sostén en momentos así.
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