Semillas soberanas es una nueva red de intercambio de semillas nativas que está creciendo en toda Latinoamérica. Para saber más sobre el origen, la repercusión y el alcance de este novedoso proyecto, NEA HOY habló con miembros de Misiones y Formosa que, además, explicaron las motivaciones y forma de trabajo de esta propuesta.
La dependencia de las semillas
Jorge Rodrigo Paladín forma parte de Sociedad Orgánica, un grupo de experimentación, investigación y diseminación de tecnologías agrícolas sustentables con base en Cerro Corá, Misiones, en la que comparten información y experiencias con gente de toda Latinoamérica para aprender “a tratar la tierra como corresponde, a no poner veneno, a comer sano”.
Un día, pensando en lo que podría sembrar ese año, Paladín empezó a buscar los precios de las semillas y, para su pesar, se encontró que un paquete de 100 semillas de sandías ya estaba por encima de los 10 mil pesos.
Pero el integrante de Sociedad Orgánica no podía comprar semillas a ese precio, y más tomando en cuenta los costos que debería asumir hasta que pudiera obtener sus frutos para, la próxima temporada, tener que comprar el mismo paquete otra vez.
“Comprando semillas te volvés dependiente, porque si bien son buenas y te dan un buen fruto, vos de ese fruto no vas a poder sacar nuevas semillas”, explicó.
La necesidad de un banco de semillas
A partir de esta situación, Paladín le sacó una foto al paquete y la mandó al grupo de whatsapp de Orgánica Misiones. Allí se abrió el debate sobre la necesidad de contar con un banco de semillas nativas que pudieran utilizar e intercambiar con los demás grupos.
Con este fin se generó la propuesta Semillas Soberanas, y tal era la necesidad de productores y vecinos de liberarse de esta dependencia con las semillas comerciales, que a los cinco meses ya estaban en contacto y organizando intercambios con grupos de Perú, México y España.
“Buscamos generar comunidad”
Rita Feretti forma parte de Sociedad Orgánica en Formosa desde hace un año. Como técnica agrónoma, se desempeña capacitando a cooperativistas en diferentes actividades relacionadas con la huerta. En un pequeño atelier realiza huertas, plantines, compost y todo lo relacionado con la producción orgánica.
Hoy el grupo de Formosa está conformado por 20 personas, pero acompañaron el proyecto por la necesidad de generar un espacio donde cuidar las semillas y encarar la producción de frutas y hortalizas de forma más consciente.
“Nos orientamos a la gente que de alguna manera quiere armar su huerta, vivir saludable y tener su propia cosecha en casa”, explicó Feretti. “Queremos que el vecino vea que un pequeño espacio, teniendo las semillas, puede llegar a tener autosustento”.
Habiendo participado en varios programas de reparto de semillas, la integrante de Sociedad Orgánica destacó Semillas Soberanas como red, en la que los integrantes pueden ir intercambiando experiencias y recomendaciones a medida que avancen en su producción.
“De eso se trata, de ir ayudándonos mutuamente. Por eso queremos que esto se difunda a nivel comunidad, porque es la comunidad la que necesita de esta ayuda para no terminar en un supermercado comprando todo lo que sea producto alimenticio”, profundizó.
Además de lo local, generar las redes con otras comunidades en provincias y países distintos es lo que alimenta la diversidad de las semillas. De esta manera, desde Formosa pueden obtener semillas de yuca o mandioca producidas en Misiones e intercambiarlas por semillas con información genética distinta por haber sido producidas en otras tierras.
“La naturaleza nos está gritando”
“Cada provincia tiene que producir sus semillas, y las semillas que intercambiamos tienen que venir de nuestra huerta. Porque así estas semillas responden a los elementos y procesos naturales que nosotros trabajamos”, aclaró Paladín.
Semillas Soberanas está creciendo en todo Latinoamérica por la necesidad que tienen las comunidades de escapar de la dependencia a las semillas comerciales. Esta necesidad está emparentada con la de salir de las lógicas de producción que tenemos incorporadas.
“Hoy por hoy, la naturaleza nos está gritando, nos está diciendo que el camino que estamos llevando está equivocado, y los que entendemos ese grito estamos tratando de hacer algo para cambiarlo”, explicó Paladín y agregó que “esa es la gente que escucha de Sociedad Orgánica, se prende y se queda”.
Además de intercambiar semillas para generar bancos autosuficientes, en la red se comparten los métodos alternativos y naturales para tratar el suelo y acompañar la producción sin tener que recurrir a la compra de fertilizantes químicos o productos de venta comercial.
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