Un 7 de noviembre de 1981 más de 10.000 personas marcharon hacia la iglesia de San Cayetano con la consigna “Paz, Pan y Trabajo”. Considerada la primera marcha masiva contra la dictadura militar, significó un hito para los movimientos populares por articular la espiritualidad y la conciencia de clase.
Hoy 7 de agosto celebramos a San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo, uno de los santos más populares de Argentina y de quien el Papa Francisco es gran devoto. Oremos por cuantos sufren dificultades económicas y aprendamos a confiar cada vez más… https://t.co/nANZ4gYVFe pic.twitter.com/b3oX1yP0WM
— ACI Prensa (@aciprensa) August 7, 2019
La economía en dictadura
Además de las violaciones a los derechos humanos, en lo económico la dictadura militar de 1976 venía marcada por el descenso del salario real, la recesión y la reducción de la producción industrial marcaron estos años.
El General Roberto Viola asume la Presidencia el 29 de marzo de 1981, en un período signado por la inestabilidad económica y el descontento social, para ejecutar una serie de medidas que agravaría aún más la situación.
Un ejemplo de ello fue la asunción como Ministro de Economía de Lorenzo Sigaut en marzo del 81, quien no tardaría en devaluar el peso en un 35% con respecto al dólar, mientras que el Producto Bruto Interno caía un 6% con respecto al año anterior y los precios experimentaban una suba de más del 155%.
Si bien la actividad sindical no cesó en toda la dictadura, hacia 1979 la CGT había quedado dividida entre la CGT Azopardo y la CGT Brasil (bautizadas por las calles en que se encontraban sus sedes). La primera representaba al sector “negociador”, la segunda representaba al sector “combativo” liderado por Saúl Ubaldini.
San Cayetano, patrono del Pan y el Trabajo
La festividad de San Cayetano, Santo de la Providencia, Patrono del Pan y el Trabajo, es considerada una de las celebraciones más importantes de la cultura religiosa de la Argentina.
Hoy 7 de agosto celebramos a San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo, uno de los santos más populares de Argentina y de quien el Papa Francisco es gran devoto. Oremos por cuantos sufren dificultades económicas y aprendamos a confiar cada vez más… https://t.co/nANZ4gYVFe pic.twitter.com/b3oX1yP0WM
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Cada 7 de agosto, miles de devotos se dirigen a su santuario en Liniers, y tras varias horas de espera, llegan a los pies del santo para pedir trabajo o agradecer haberlo conseguido.
En agosto de 1981, el Obispado de Quilmes realiza una serie de gestiones para lograr que las fuerzas policiales autoricen la realización de la peregrinación, la llamada “Marcha del Hambre”.
A pesar de que la movilización no es autorizada, igualmente se realiza y unas 1.200 personas se congregan en la Iglesia de San Cayetano con la presencia de numerosos sindicalistas y trabajadores de las empresas de la región.
Este fue el puntapié para que la CGT Brasil convocara el 7 de noviembre a una nueva peregrinación, esta vez desde el Estadio de Fútbol del Club Deportivo Vélez Sarsfield hasta la Iglesia de San Cayetano en el barrio de Liniers.
La elección de San Cayetano
Los líderes populares inventan, adaptan y combinan diversas formas de acción colectiva para atraer el apoyo de la gente. Si bien la peregrinación más convocante se hacía el 7 de agosto por ser el día del santo patrono, los 7 de cada mes se realizaban actividades en la iglesia de San Cayetano.
Por otro lado, el 7 de noviembre cayó un sábado, por lo que se tendría mayor convocatoria de los trabajadores a los que no se les permitía hacer huelga. Saúl Ubaldini, además, tenía buenas relaciones con el presbítero Humerto Bellone, quien estuvo a cargo de la iglesia entre 1976 y 1984 y ayudó al sindicalista en la organización de la marcha.
Por esta confluencia, la convocatoria traspasa el espacio sindical-laboral para convertirse en una demanda transversal a los sectores populares, convocando a trabajadores formales, trabajadores informales, desocupados y participantes convocados por la fe del credo católico.
El día de la marcha
La convocatoria central fue a las 9 horas en avenida Juan B. Justo y cancha de Vélez Sarsfield, y de allí las columnas recorrieron siete cuadras hacia la Iglesia de San Cayetano. La marcha se realizó bajo el lema “Paz, pan y trabajo” y acompañado por un desmesurado despliegue policial.
En ese entonces, era común que las fuerzas de seguridad, con uniforme o de incógnito, observaran toda convocatoria para identificar y vigilar a sus integrantes. Los documentos del archivo de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) demuestran la particular vigilancia sobre las marchas de agosto y de noviembre.
Así y todo, además de la consigna Paz, pan y trabajo, ese 7 de noviembre se escucha en las calles el canto “se va acabar, se va acabar la dictadura militar”. Para muchos, significó la recuperación de las calles y el espacio público.
Cuando llegaron a la Iglesia, el Padre ofreció una misa en el patio, ya que era un lugar más amplio que el interior del templo. La realización de un acto obrero-sindical frente a una Iglesia activa una escenografía no solo de características religiosas, correspondientes a la fe católica de la celebración de San Cayetano, sino también de invocaciones de protección divina frente al desamparo del Estado y su actuación como Estado represivo y terrorista.
La marcha de la CGT Brasil a San Cayetano fue también un episodio de enorme poder simbólico: la confluencia, que continúa hasta el presente, entre el movimiento obrero y la ceremonia del santo patrono del trabajo.
Esta confluencia fue recuperada por la Confederación Argentina de la Economía Popular (CTEP) en el 2016 y hoy por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP), que el 7 de agosto de este año realizó una masiva convocatoria recreando la peregrinación a san Cayetano y recuperando las consignas de “Pan, Pan y Trabajo”.
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