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Viernes 29 de marzo de 2024
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Concentración y latifundios en Uruguay: ¿quiénes son los propietarios de las tierras productivas?

En el último siglo Uruguay está viviendo una transición productiva desde la ganadería hacia la soja y la forestoindustria. Este proceso viene generando tendencias de concentración, arrendamiento y desplazamiento de la agricultura familiar

En el último siglo Uruguay está viviendo una transición productiva desde la ganadería hacia la soja y la forestoindustria. Este proceso viene generando tendencias de concentración, arrendamiento y desplazamiento de la agricultura familiar

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En el último siglo, la matriz productiva en Uruguay se ha modificado por completo, y esto vino de la mano de profundos cambios en las prácticas y caracterizaciones de quienes hoy son los principales propietarios de las tierras rurales.

La transición de un país mayormente ganadero a la incorporación de monocultivos de soja y concentración de la forestoindustria genera tendencias que desplazan a la agricultura familiar e incrementan la desigualdad en el territorio.

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Gabriel Oyhantçabal es Doctor en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional de México y profesor adjunto de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República en Uruguay. En diálogo con NEA HOY, ayuda a caracterizar los distintos actores que hoy son propietarios de tierras productivas y las tendencias que posibilitaron este escenario.

Tipos de terratenientes

En Uruguay la idea de terrateniente sigue estando asociada al estanciero de la ganadería, un propietario de la tierra que se dedica a la ganadería y tiene mucho campo. Si bien ese sujeto aún existe, encontramos que la realidad es más heterogénea”, explica Oyhantçabal, antes de desarrollar las distintas categorías con las que diferencia a los terratenientes en el país.

 

Una primer división grande es si el propietario de la tierra es o no dueño del capital que está sobre esa tierra”, así comienza explicando las dos categorías más importantes, la del “terratenientes rentista” y el “terrateniente empresario

Los terratenientes empresarios son los propietarios de tierras que la utilizan para algún tipo de producción. Estos actores ocupan el 60% de la tierra productiva del país. Históricamente, en Uruguay la explotación de la tierra está asociada al estanciero de la ganadería.

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Sin embargo, comenta que en los últimos tiempos la principal actividad económica fue traicionando hacia la forestoindustria, que se impuso en el país mediante la compra de tierras a pequeños propietarios ganaderos.

A diferencia de la ganadería, la foestoindustria está generando concentraciones de tierras en pocas empresas.

A diferencia de la ganadería, la industria forestal se caracteriza por su alta concentración. De acuerdo a Oyhantçabal, el 70% de la explotación forestal pertenece a 7 empresas.

Después están los terratenientes rentistas, que también son propietarios de tierras productivas pero que las alquilan a empresarios del agro para vivir de la renta. Según Oyhantçabal, ocupan alrededor del 30% de las tierras productivas de Uruguay.

El crecimiento de este sector se produce, por ejemplo, cuando el precio de las commodities de una producción en particular se eleva mucho por sobre el resto, elevando el valor promedio de arrendamiento de la tierra en general.

 

Así pasó a principios de siglo, cuando la suba de las commodities de la soja provocó un incremento en el valor del arrendamiento en el país, que pasó de un promedio de US$28 en el año 2000 a 174 en el 2014.

Cuando esto pasa, un ganadero o agricultor puede ver más rentable dejar de producir y alquilar su tierra a empresarios de la soja que busquen ampliar su producción, propiciando de esta manera el crecimiento del monocultivo. Además, un crecimiento del sector rentista eleva los costos de producción, dificultando la inversión a una diversidad de sectores y actores.

Finalmente, los “terratenientes familiares” son quienes más comúnmente son asociados con la agricultura familiar. Son dueños de parcelas menores a 100 hectáreas, explotándola ellos mismos sin empleo de mano de obra más allá de eventuales jornaleros para tareas específicas.

La plantación de soja en Uruguay irrumpió de la mano de empresarios argentinos que alquilan tierras para su producción.

Como es normal, existe una mayor cantidad de terratenientes familiares que capitalistas o rentistas, sin embargo la cantidad de terratenientes familiares vienen disminuyendo durante los últimos veinte años en una tendencia que se observa en el país hacia una mayor concentración de la tierra que termina desplazándolos.

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Hoy, los terratenientes familiares ocupan solamente un 10% de la tierra productiva en Uruguay, y el desplazamiento y reducción de esta población genera una mayor desigualdad y atenta contra la diversidad productiva del país.  

 

Los intentos de frenar la tendencia

En el último tiempo, sobretodo en los períodos del Frente Amplio, hubo intentos por parte del gobierno uruguayo de desarticular o frenar esta tendencia hacia la concentración de tierras. A través del Instituto Nacional de Colonización, se tomaron medidas para generar las condiciones de acceso a la tierra para productores familiares y asalariados rurales.

 

En quince años, el instituto realizó la compra de cerca de 150 mil hectáreas, interviniendo de esta manera sobre la oferta y la demanda y asignando parte de estas tierras a los productores familiares.

Oyhantçabal además recuerda algunas iniciativas legislativas que apuntaban a los mismos objetivos. Un ejemplo es la Ley 18.876 que crea el Impuesto a la Concentración de los inmuebles Rurales, destinada a desincentivar las inversiones de grandes terratenientes sojeros o forestales. La Ley fue, sin embargo, declarada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.

Luego de esto se aprobó un impuesto al patrimonio agropecuario. Sin embargo, según el académico, este impuesto no logró frenar la concentración de tierras, sino que apenas logra es aumentar la recaudación impositiva a grandes empresas para que el estado, en el mejor de los casos, los utilice con fines redistributivos para apalear la desigualdad que ésta concentración provoca en el país.

 

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