La imagen de la cena de navidad, así como toda la estética navideña está muy vinculada al invierno. El Santa Claus vestido con gruesos abrigos rojos montado sobre un trineo acarreado por renos parece corresponderse con zonas en las que llega a nevar en diciembre, donde es común cenar un pavo humeante o tomar chocolatadas calientes frente a la chimenea.
Latinoamérica ocupa los dos hemisferios del planeta, y mientras en el norte de México no llega a hacer tanto frío como para que hiele, en el sur del continente reciben diciembre con un calor que puede llegar a ser sofocante.
Por eso, aunque se conserva y hasta se refuerza el sentido familiero de las fiestas, cada país latinoamericano fue agregando a la celebración elementos más propio de su cultura y tradiciones. Y esto se observa particularmente en el caso de las comidas, que si bien en todos los casos se comparte con los seres queridos en la mesa, depende siempre del país en el que se sirva.
El calor es un factor tanto en Argentina como en Uruguay, dos países con una gran tradición culinaria alrededor de las carnes rojas pero que en las fiestas optan por preparar platos fríos en vez del popular asado. La lengua a la vinagreta, el pollo o el Vitel Toné suelen acompañar las distintas ensaladas para llegar al postre de ensalada de frutas o helado.
Brasil es un país grande y cada región tiene su particularidad a la hora de preparar la cena de navidad, pero lo que nunca falta es el arroz para acompañar carnes blancas como pavo o pollo. De postre es común ver pasas o troncos de navidad, platos de una clara influencia europea.
En México tienen una ensalada específica para comer en nochebuena, que se prepara con manzana, apio y nuez con crema. Ésta vistosa ensalada acompaña a las enchiladas, los tamales, las carnes asadas y el bacalao. De postre, al ser invierno, abundan las galletas de canela, tortitas y buñuelos con miel de caña.
En Colombia también pavo relleno o cerdo al horno, acompañado con sus arepas tradicionales y unas natillas caseras de postre. En Venezuela se acostumbra comer hallacas, un pastel hecho con masa de maíz sazonada con caldo de gallina y relleno con un guiso de carne al que se le añaden aceitunas, uvas pasas, alcaparras y pimentón.
En Chile al tradicional pavo de navidad le agregan castañas, que lo acompañan con empanadas mientras brindan con cola de mono, un licor típico hecho con leche, aguardiente, café, azúcar y canela. En Perú, en cambio, el pavo se acompaña con puré de manzana y arroz navideño (con jamón y pimentones), y de postre panettone, que se sirve con chocolate caliente o ensalada con fruta seca.
En países como Cuba, República Dominicana o Puerto Rico la cena de navidad gira en torno a la carne asada, pero además del típico cerco, o el pollo aprovechan la oportunidad para preparar sus tradicionales congrí y cuchifritos.
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