Una de las cárceles más siniestras y peligrosas del mundo se encuentra en Sudamérica, puntualmente en la República del Paraguay, donde más de 4.000 reclusos cumplen condena. Además, el número de internos quintuplica de la capacidad de la misma.
Tacumbú es un barrio que está ubicado al oeste de la capital Asunción, donde 10.000 familias de distintos niveles sociales conviven día a día. Lleva el nombre de un cacique, que según cuenta la leyenda, vivía al pie de un cerro cerca del río Paraguay.
Sin embargo, la Penitenciaría Nacional de Tacumbú se encuentra a pocos metros del barrio que lleva su mismo nombre. A pesar de no ser la única cárcel de Asunción, sí es la más temida por los reclusos que deben cumplir condena, según la serie documental de Netflix “Inside the World’s Toughest Prisons” en la que dejan ver desde adentro la cotidianidad de los reclusos de Tacumbú.
Asimismo, otro de los aspectos que se refleja en la docuserie es la corrupción por la que muchos reclusos llevan una “vida de lujo” accediendo a un tratamiento vip.
Graduados, en la cárcel más peligrosa del mundo
A pesar de ser la cárcel más peligrosa del país y de Latinoamérica, en el 2021, 63 internos se graduaron del nivel secundario. También, gracias al convenio con universidades, los presidiarios pueden completar sus estudios universitarios en las carreras de psicología social y contabilidad.
El código de ejecución penal de Paraguay establece que tanto trabajar como estudiar no es obligatorio, cada interno tiene la opción de elegir si quiere suscribirse a un programa académico en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú.
En NEA HOY dialogamos con Vanessa Napout, Directora de Bienestar y Reinserción del Ministerio de Justicia, quien explicó cómo es el proceso de estudio dentro de la penitenciaría y expresó: “Nosotros instamos siempre que las personas privadas de su libertad puedan estudiar y trabajar, creemos que con esas dos herramientas las personas puedan ocupar su tiempo de manera provechosa y generar ingresos de manera digna”.
Asimismo, la Directora de Bienestar y Reinserción brindó detalles sobre el modelo de educación para los reclusos: “El estudio dentro de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú es de manera voluntaria para cada persona privada de su libertad que decide suscribirse a un programa académico o carrera universitaria vigente en dicha cárcel”.
Para extender los programas y brindar una condición de igualdad para las personas privadas de su libertad en Tacumbú, desde el Ministerio de Justicia realizaron convenios con la Universidad Metropolitana de Asunción (privada) para que los que deseen puedan concluir sus estudios universitarios.
“Creemos firmemente que la reinserción social tiene dos patas: una es la parte formativa y de estudios y la otra es el trabajo”.
Además, sobre la importancia de sacarle provecho de manera positiva al tiempo de encierro, Napout comentó: “Queremos verdaderamente que el uso del tiempo sea provechoso para generar ingresos de manera digna y también estudiando”.
Sobre la importancia de poder brindar herramientas para la capacitación tanto laboral como educativa, Napout señaló: “Lo que buscamos es que el tiempo sea invertido para que puedan crecer a nivel personal y académico, que el tiempo de encierro no sea perdido, que sea invertido en su formación educativa y capacitación laboral, para que al momento donde les toque salir en libertad tengan las herramientas necesarias para salir adelante”.
“Lo que buscamos, anhelamos y esperamos es que el tiempo de encierro sea lo menos ocioso posible y sea lo más provechoso”.
Desde el Ministerio de Justicia de Paraguay, se imparte y se incentiva a que los reclusos de Tacumbú puedan realizar tareas de formación laboral o profesional que brinde una mejor calidad de vida cuando queden en libertad, apostando a la reinserción en todos los ámbitos de la vida de quienes cumplieron con los años de cárcel.
Tacumbú la cárcel más peligrosa de Latinoamérica
El 2021 inició con un motín en la cárcel de Tacumbú. A pesar de haber sido construida para albergar a 800 internos, hasta la fecha el número se quintuplica, lo que hace que la violencia y la venta y consumo de drogas sea algo común y casi incontrolable para los guardias de seguridad.
El 16 de febrero, 19 guardias de seguridad terminaron secuestrados por los reclusos de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, luego de que los internos armados con cuchillos, lo que derivó en una masacre y hasta la renuncia de la Ministra de Justicia de Paraguay.
De esta manera, el motín duró 24 horas, en donde la violencia se acrecentó con el correr de los minutos. Todo terminó cuando las fuerzas antidisturbios entraron al penal y lograron controlar la situación. Sin embargo, para ese entonces siete personas perdieron la vida, tres de ellos por decapitación.
A pesar de que la Ministra Cecilia Perez desmintió que el motín fuera por un enfrentamiento entre clanes, distintos medios afirmaron que la masacre se debió a un enfrentamiento entre bandas criminales de la mafia paraguaya clan rotela y el grupo brasileño Primer Comando Capital, la organización criminal más grande de Sudamérica.
Así es que la cárcel de Tacumbú es reconocida mundialmente por ser la más peligrosa, violenta y criminal de Paraguay. No obstante, hay quienes logran culminar sus estudios primarios, secundarios y hasta universitarios, a pesar de la sobrepoblación de la misma y las condiciones de violencia que se denunciaron en la penitenciaria, lo que abre una luz de esperanza, para quienes deciden no perderla, en medio de la oscuridad.
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