Desde su llegada al poder, Alberto Fernández tuvo la difícil misión de emprender una renegociación de la pesada deuda que Mauricio Macri contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Más de dos años más tarde, el acuerdo se encuentra en la etapa final y el Ministro de Economía Martín Guzmán está cerrando los números del mismo para enviarlo al Congreso. Pero una cosa está clara, el organismo internacional llegó para quedarse.
En un contexto notablemente diferente, hoy se cumplen 16 años del día en el que el entonces presidente Néstor Kirchner concretó el pago de la deuda que se tenía con el FMI por más de 9800 millones de dólares.
La medida canceló anticipadamente el compromiso que se tenía con el Fondo hasta el 2008, girando divisas directamente desde el Banco Central que vio descender sus reservas de 28.045 a 18.575 millones de dólares.
Además de un gesto político, la cancelación de la deuda le ahorró al país 842 millones de dólares en intereses y posibilitó cerrarle la puerta a “las intromisiones y exigencias” que la entidad venía imponiendo en la economía interna, que entre otros factores fueron responsables del estallido social del 2001.
¿Por qué era importante pagarle al fondo?
El FMI no es como otros acreedores que emiten deuda con el objetivo de generar ganancias a través de los intereses. El objetivo fundacional del FMI es la intervención de sus países miembros para asegurar las transacciones, evitando por ejemplo devaluaciones que, en algunos casos, pueden ser necesarias para generar competitividad.
A través de un sistema formal de supervisiones trimestrales y asesoramientos, el Fondo impone en sus deudores medidas económicas que, en teoría, apuntarían a generar una estabilidad económica que haría posible el pago de la deuda.
Según lo dijo el propio Néstor Kirchner tras el pago de la deuda, el FMI había presionado a Argentina para aplicar políticas que “perjudicaban el crecimiento de la economía”, y provocaron “dolor e injusticia”.
No es coincidencia que Brasil, bajo el gobierno de Lula Da Silva, había cancelado su deuda 48 horas antes con el objetivo de “reafirmar la autonomía en materia económica”. El pago de la deuda con el FMI, en este sentido, también puede ser leído como una continuidad del “No al ALCA” que se había pronunciado dos meses atrás y que posibilitó las relaciones entre países soberanos del cono sur.
Deuda en moneda extranjera vs. deuda en moneda nacional: la omisión de Mauricio Macri
Desde la crisis de deuda originada por el Gobierno del ex Presidente Mauricio Macri, con Nicolás Dujovne comandando el Ministerio de Hacienda, el peso de la deuda en dólares comenzó a ser mucho más notorio. En solo dos años, de 2017 a 2019, la deuda en moneda extranjera pasó de representar el 36% de la deuda pública al 79%.
La deuda de un país siempre se mide en términos relativos, utilizando la relación deuda pública/PBI. Pero hay que diferenciar entre el impacto que genera en la economía la deuda emitida en moneda extranjera (dólares) con respecto a la emitida en moneda soberana (peso).
Como los gastos y recaudaciones se realizan en pesos, el país tiene un margen para controlar la sostenibilidad de la deuda, ya sea aumentando los gastos para aumentar la producción o controlando las tasas de interés desde el Banco Central. Por esta razón, ningún gobierno puede ser forzado a quebrar si su deuda está emitida en moneda soberana.
Cuando un gobierno contrae deuda en moneda extranjera el escenario cambia porque, además de la relación deuda/PBI, entran en juego otro elemento: los dólares que se tienen en la reserva para pagar la deuda. Como los impuestos son recaudados en pesos, la única forma de aumentar las reservas es mediante las exportaciones, pero para aumentarlas, se requiere importar todo lo que el país no produzca.
De esta forma, la deuda en moneda extranjera coarta el crecimiento de la economía. El crecimiento económico que tuvo el país desde el 2005 al 2011 habría sido mucho menor de dejar que la deuda con el FMI continuase hasta el 2008.
Dardos, omisiones y la respuesta contundente de Cristina
La política de reducción de deuda en moneda extranjera continuó con la estatización de las AFJP y el pago al Banco de París, generando las bases para un mayor crecimiento de una economía autónoma que se truncó cuando el Gobierno de Cambiemos volvió a endeudarse con el FMI en el 2018.
Algo que el hoy Presidente de la Fundación FIFA intenta esconder: recientemente, en una entrevista con el periodista Luis Majul, Macri no solo desestimó el nivel de deuda que contrajo durante su gestión, sino que contraatacó contra el actual Gobierno, argumentando que la deuda “promedio” había aumentado más durante el período kirchnerista y el de Alberto Fernández.
La vicepresidenta recibió el guante, y el pasado 10 de diciembre durante el Festival de la Democracia aprovechó para responderle: “Teníamos el endeudamiento en moneda extranjera más bajo que se recuerda, que no se hagan los giles esos que van a los canales de televisión a dar números a la bartola, le pagamos al Fondo y dejamos el salario en dólares más alto de Sudamérica”, remató.
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