Cada 8 de enero, todo el país se une para celebrar la fiesta del Gauchito Gil; el epicentro de la fiesta se encuentra en la localidad correntina de Mercedes, donde el joven Antonio Plutarco Cruz Mamerto Gil Núñez habría perdido la vida trágicamente.
Más de 300.000 peregrinos llegan año a año al santuario a ofrecer oraciones y otras ofrendas en acción de gracias por los favores que reciben. La Iglesia católica local, aunque no reconoce la santidad de Antonio Gil, acompaña desde hace varias décadas la devoción y oficia misas en el lugar donde fue enterrado su cuerpo.
Además, el pueblo mercedeño festeja esta fecha a lo grande, con espectáculos chamameceros y otros eventos culturales que permiten profundizar en las tradiciones propias de la religiosidad popular.
El origen de Antonio Gil
El nacimiento de este reconocido ícono de la devoción popular del norte del país tuvo lugar en el territorio denominado Pay Ubre, un paraje situado sobre la margen derecha del arroyo Pay Ubre Grande, entre los arroyos Romero y Salado, en el Departamento Mercedes.
Su presencia en aquel lugar se habría dado entre los años 1840 y 1878 cuando fue asesinado a manos del comisario local; por un hecho que tiene distintas versiones.
Desde entonces, debido a un milagro que prometió a su mismo verdugo, el reconocimiento del joven gaucho llegó hasta los puntos más recónditos de la provincia.
Actualmente, su fama se extendió por distintos países de la región como Paraguay, Chile, Uruguay y Bolivia. También se sabe que cruzó las fronteras del continente latinoamericano llegando incluso a la ciudad española de Barcelona.
El testimonio de sus devotos
No se deben recorrer muchos kilómetros dentro de la provincia para encontrar a quienes se manifiestan devotos del Gauchito Gil. Al borde de las rutas, en los sitios rurales, y hasta en las más grandes ciudades correntinas existe una multitud de creyentes que dedican este día a honrarlo.
Un caso es el de “Tina” Barrios, una mujer de 49 años, modista y ama de casa, que vive en un barrio popular de la capital. Ella conoció al Gauchito hace 30 años cuando visitó Mercedes y trajo una imagen suya al barrio donde vive.
Desde entonces, en su casa inicia las celebraciones en la noche del 7 de enero para recibir el día festivo y si tiene la posibilidad organiza una comida para sus vecinos y amigos.
“En el nombre de Dios le pido las cosas y me cumple; lo principal es la salud de mi hijo y mi familia, yo le pido eso”, contó Tina a NEA HOY.
La mujer, además de ser creyente, difunde la devoción a sus vecinos. Según contó, muchos se hicieron devotos porque anualmente regala una imagen a cada familia. “En mi familia todos mis hermanos son devotos, por causa mía, yo les regalé una imagen a cada uno”, comentó.
Por ocasión de la pandemia, Tina expresó que el año pasado vistió a la imagen que tiene en su altar familia de blanco, para pedir salud y pidió a los promeseros que asistan a honrarlo vestidos con prendas del mismo color.
Dijo también que este año volvió a pedir por la misma intención; que se acabe la pandemia y el mundo tenga salud.
A unos cuantos kilómetros de su casa, otras familias como la de Axel Zabala y Jorge Ruíz Díaz, dos jóvenes estudiantes y amantes del fútbol, se manifiestan devotos del Gauchito Gil y celebran anualmente su fiesta, reuniéndose en torno a la mesa y enciendo velas en su honor.
En el primer caso, Axel cuenta a NEA HOY que la devoción llegó a la familia en el 2005. Y agregó que la devoción se sostiene en su casa porque el santo popular les cumplió muchos pedidos.
Por su parte, Jorge señaló que es costumbre en su casa que el 8 de enero se realice una comida familiar. Asimismo, contó que la devoción tiene entre ellos alrededor de cuatro años, desde que se les cumplió un pedido hecho a Antonio Gil.
También en otras localidades de la provincia se siente la devoción al Gauchito.
Daniela Coronel, estudiante de la carrera de Comunicación Social de la UNNE, cuenta a NEA HOY que la devoción estuvo en su familia desde antes que ella naciera. Hoy tiene 19 años y asegura que todos los favores que pidió al Gauchito Gil le fueron concedidos.
Además, comenta que los 8 de enero su familia celebra a Antonio Gil con una reunión familiar presidida por la imagen del gaucho, en la que está presente el chamamé y el baile.
Ya que el predio donde se reúnen queda a la vera de la Ruta Nacional N° 118, decenas de peregrinos que su familia no conoce se acercan a encender una vela en el sitio donde se encuentra la imagen del santo popular.
El legado del Padre Julián Zini
Un vínculo muy fuerte de la devoción a Antonio Gil con la Iglesia Católica fue trazado por el reconocido sacerdote chamamecero, Julián Zini, quien en una ocasión de inaugurar una figura del Gaucho en la entrada a Mercedes dijo que se trata de un “difunto querido por el pueblo correntino”.
Asimismo, en una misa realizada en el cementerio de Mercedes, al costado de la tumba del Gauchito, Zini denominó al joven como un buen hombre en el que mucha gente se siente representada por compartir el mismo tiempo y la misma cultura.
Por otra parte, en esas como en tantas otras ocasiones, el sacerdote llamó a acompañar la fe del pueblo. Incluso llegó a escribir un canto chamamecero en su honor en el que expresa: “Correntino ité, gente fiel de más, si te alzaste fue por tu libertad”.
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