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Jueves 28 de marzo de 2024
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La mortalidad infantil, una consecuencia del embarazo adolescente: la experiencia en Chaco

Uno de los riesgos del embarazo adolescente es la mortalidad infantil; la reducción de indicadores implica un trabajo del sistema de Salud para prevenir esas muertes.

Uno de los riesgos del embarazo adolescente es la mortalidad infantil; la reducción de indicadores implica un trabajo del sistema de Salud para prevenir esas muertes.

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La provincia del Chaco ha logrado disminuir los índices de mortalidad infantil, embarazo adolescente y muerte materna durante el 2021. Según informaron autoridades provinciales, la tasa de mortalidad infantil alcanzó al 9,5 cada mil nacidos vivos, por segundo año consecutivo. 

La tasa de mortalidad infantil (TMI) está relaciona a las defunciones de menores de un año acaecidas durante un año y el número de nacidos vivos registrados en el transcurso del mismo año.

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Históricamente, Chaco fue una de las provincias del NEA con mayor tasa de embarazo adolescente, sobre todo en niñas menores de 15 años. Ese tipo de embarazos es el que mayor riesgo de mortalidad infantil genera producto de que el cuerpo de una niña de esa edad no está preparado aún para atravesar un embarazo. 

Sin embargo, desde 2019, la tasa de mortalidad infantil disminuyó a 8,8 por mil nacidos vivos. Esto implica que la mencionada tasa, que refiere a cantidad de niños menores de 1 año fallecidos sobre el total de recién nacidos vivos, descendió medio punto.

El embarazo en menores de 18 años es una problemática social en la provincia del Chaco.

Los indicadores de mortalidad infantil

De acuerdo al informe del Ministerio de Salud de la provincia, los nacidos vivos de madres adolescentes ascendieron a 2.762 de los nacimientos totales, siendo un 50% inferior al año 2015. Así, el total de nacimientos vivos en 2021 alcanzó el total de 17.525 personas.

Los indicadores expresan que, en un total de 17.525 nacidos vivos, la tasa de mortalidad infantil es de 9,5 cada mil nacidos vivos y en mortalidad materna de 14,2 cada diez mil nacimientos. 

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En tanto que teniendo en cuenta las causas directas, se dieron 25 muertes maternas, de las cuáles 14 estuvieron relacionadas al COVID-19 y 11 a causas directas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio, esto da una cifra de 6.3 cada 10.000 nacimientos.

Vale recordar que la mortalidad infantil es una de las tantas consecuencias del embarazo adolescente, así como también el parto prematuro, malformaciones en el recién nacido, preeclampsia y eclampsia en la madre, mortalidad materna, abortos y detención en el crecimiento de la adolescente.

Razón por la cual, desde el Ministerio de Salud de la provincia afirmaron que trabajan para que la cifra de mortalidad infantil siga bajando, para lo cual es importante atacar la problemática del embarazo adolescente brindando información a las mujeres sobre métodos anticonceptivos, así como la ILE e IVE y por supuesto, garantizando educación sexual en las escuelas. 

Políticas públicas para reducir el embarazo adolescente

Por otra parte, más allá de las leyes que permiten que las niñas y adolescentes puedan interrumpir sus embarazos, los mismos siguen ocurriendo y para atacar esa problemática, los equipos de Salud Pública llevan adelante una campaña de colocación de anticonceptivos de larga duración y eficacia.  

Esa acción permite reducir los casos, sin embargo aún existen muchas niñas y adolescentes chaqueñas que no acceden a información sobre educación sexual, salud reproductiva. Por eso, el embarazo adolescente en niñas de entre 10 y 14 años sigue siendo una problemática ya que son producto de situaciones de abuso que aún no se pueden evitar. 

Por otro lado, ya empiezan a observarse los primeros resultados del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) que se lanzó a fines del 2017 y cuenta con estrategias de sensibilización a la población adolescente sobre la importancia de prevenir y disminuir el embarazo no intencional a través de consejerías.

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En 2021 los esfuerzos estuvieron destinados a mitigar y contener la pandemia y el desarrollo de la campaña de vacunación por COVID-19, pero es necesario que el Estado avance en otras iniciativas como la plena aplicación de la ESI para que los niños, niñas y adolescentes cuenten con herramientas que les permitan detectar abusos y denunciarlas. Eso también llevará a prevenir embarazos adolescentes

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