Joven de 29 años, apasionado por las redes sociales y las causas sociales, oriundo de Palermo, ciudad de Buenos Aires: Santiago Maratea sostiene que lo que hace “no es caridad”.
En su discurso denota preocupación por las necesidades de la gente y a la vez se permite abrir debates intensos sobre temas como, por ejemplo, el rol de la dirigencia política frente a hechos complejos.
Sus más de 3 millones de seguidores en Instagram, 383.000 de Facebook y 381.000 de Twitter le dieron al influencer la capacidad de captar la atención de la opinión pública, y especialmente, de una generación que “millennials” y “centennials”.
Además de haber sido reconocido en la provincia por su aporte a los bomberos voluntarios, en medio de la dramática situación de los incendios, Maratea fue parte esencial para que Emmita, la bebé chaqueña con AME, reciba el medicamento más caro del mundo.
¿Cómo nace el fenómeno Maratea?
Sus inicios distan mucho de lo que se ve hoy en día: es que, en su búsqueda de lograr la fama, Santiago Maratea apostó primero por hacerse oir en las redes sociales. De esta manera, se convertía en un tuitero que se dedicaba a postear chistes desde su habitación. Sin darse cuenta, empezaba a hilvanar una provechosa relación con una audiencia que se interesaba y se veía representada en él. En poco tiempo, cosechó más de 50 mil seguidores.
En esta misma sintonía de mostrarse auténtico, y todavía lejos de la faceta reflexiva y empática actual, publicaba videos en Instagram arrojándose tostadas con dulce de leche en la cara y haciendo enchastres con jugo, leche o agua.
A lo largo de diferentes entrevistas, el joven porteño reconoció que en 2015 supo que su exposición fuera de los medios tradicionales podía ser un trabajo.
Fue así que en 2020, el año de la pandemia, se dio su explosión mediática. Maratea fue invitado al programa El precio justo, condujo el programa Generación Perdida, un programa que le permitiría explayarse en su intimidad como espectáculo y afianzar su relación con sus seguidores, a tal punto que decidió dejar el ámbito televisivo para administrar sus propias redes sociales.
En ese tiempo, se asoció con Yanina Latorre y otros influencers e hizo un “show” vía streaming al que llamaron Hashtag en vivo. La idea era monetizar las charlas que ofrecían gratis y para todo público en Instagram, situaciones que le marcaban la pauta de la posibilidad que las redes sociales le permitían para, a partir de su confianza con su audiencia, obtener interesantes réditos económicos.
Pero ante un camino de reflexión, a lo largo de la pandemia profundizaría un camino que pasaría a ser su filantrópico estilo de vida: el de colaborar con las causas sociales. El primer caso que lo acercó a la caridad había sucedido en 2017, cuando al joven influencer se le ocurrió donar una ambulancia a Misión Chaqueña, una pequeña localidad del norte salteño habitada por la comunidad wichí.
Para entonces, posteó una story invitando a sus seguidores a donar 10 pesos y en tres días recaudó 3 millones de pesos. La evolución de su modo de conseguir adeptos a las causas sociales evolucionó desde entonces notablemente: para los bomberos que trabajan en Corrientes logró reunir casi 150 millones de pesos en solo un día.
La relación con sus seguidores, la clave de todo
El influencer tiene entre sus logros decenas de campañas solidarias. Sin embargo, constantemente minimiza la importancia de su trabajo y atribuye el logro a las personas que lo siguen.
Muchos se preguntan si verdaderamente estas campañas son tan espontáneas. Lo cierto es que el joven cuenta con un equipo de expertos en marketing, fotografía y transmisiones en vivo.
Todos reciben un salario por su trabajo y ninguno de ellos se encarga de lo relacionado a las colectas: eso está a cargo exclusivamente de Maratea, quien también señaló que proyecta crear un equipo destinado al trabajo solidario.
Es que, justamente, sólo él puede llevar a cabo ese rol porque su capital lo vino construyendo a lo largo de los años. Distintos analistas sostienen que el joven tiene un gran índice de credibilidad por la transparencia que demuestra: no sólo en el ámbito económico, ya que muestra continuamente el dinero que recolecta y cómo éste llega a cumplir el objetivo, también en cuanto a la publicación de su propia realidad y pensamientos.
Maratea no duda en dar a conocer su visión sobre distintos temas que generan polémica y abrir debates entre sus millones de seguidores. Asimismo, no duda en mostrar su parte emocional, exteriorizar sentimientos y manifestar sus debilidades. Este mecanismo, sostienen los estudiosos, es provechoso para empatizar y lograr mayor credibilidad y confianza en las personas.
¿Un ícono de la antipolítica?
Entre las decenas de debates que abrió Santiago Maratea en lo que va de su carrera como influencer, siempre estuvo presente el rol de la política.
Tanto en la colecta de Emmita, en la que ponía en evidencia la falta de acceso a la salud para personas con enfermedades complejas, o la recaudación para una ambulancia a la comunidad wichi, o la última gran campaña del último fin de semana para combatir los incendios forestas en Corrientes, el tema de discusión más profundo que Maratea instala tiene que ver con la dificultad que el Estado tiene para solucionar diversas problemáticas.
Y es acá cuando su figura toma importancia: en esta narrativa, el rol de Santiago y el lugar que voces del establishment mediático y político también buscan darle, pone al Estado en desventaja y profundiza el discurso de la antipolítica. Por ejemplo, en una actitud temeraria, Mario Negri, uno de los líderes de la coalición Cambiemos comparó la recaudación con la acción del Estado para combatir los incendios, algo a las claras incomparable. Cuesta imaginar una campaña caritativa para ayudar en la resolución de un problema específico en una escala estatal diseñadas como política pública.
"Hicimos todo lo que está a nuestro alcance para ayudar a #Corrientes", dijo el Presidente.
Comparemos:
Santi Maratea ya recaudó más de $150 millones.
El Ejecutivo envío un Adelanto del Tesoro Nacional (ATN) de $200 millones.El pueblo argentino es verdaderamente solidario.
— Mario Raúl Negri (@marioraulnegri) February 21, 2022
En una editorial, presentadora, actriz y escritora, Cristina Pérez acudió al mismo sentido y denunció que “Santi Maratea volvió a desnudar la ineficiencia del Estado“: “Un chico de remera y gorrita moviliza a los argentinos, porque le dan la plata a Maratea que no le darían a Cabandié, quizás porque no da confianza y nadie entiende porque razón ocupa su cargo“, dijo, aprovechando Pérez la ocasión para lanzar un misil al Gobierno.
Lo cierto es que Santiago Maratea transmite algo de estas ideas: en sus discursos critica fuertemente a los dirigentes políticos por la falta de gestión, quitando importancia a las asistencias estatales, destacando las actitudes corruptas por sobre las honestas o remarcando simplemente que la ciudadanía es finalmente quien puede lograr solucionar sus propios problemas a través de otros referentes, como en este caso, los influencers.
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Emmita consiguió la vacuna gracias a la campaña de Santi Maratea
