Durante la apertura de las sesiones ordinarias, el Presidente Alberto Fernández anunció una serie de proyectos de ley que serán enviadas al Congreso durante el año, entre los que se encuentra la ampliación de los días de licencia por paternidad, maternidad y adopción.
La cantidad de días en cada caso puede cambiar dependiendo de la normativa provincial o el convenio de trabajo específico de cada gremio, pero a nivel nacional, según la Ley Nacional 20.744 de Contratos de Trabajo, vigente desde 1976, a los varones o personas no gestantes les corresponde dos días corridos de licencia por paternidad llevar adelante las tareas de cuidado y crianza cuando nacen sus hijos.
Esto significa que cuando un niño nace un viernes, el padre tiene el fin de semana para conectarse con su hijo y contribuir a las tareas de cuidado, y el lunes deberá volver al trabajo como si nada hubiese pasado.
El psicólogo Matías Criado es el coordinador de Paternar, organización que desde hace muchos años promociona la paternidad responsable. En diálogo con NEA HOY, explica que “estas disposiciones hacen que para el hombre sea mucho más difícil poder estar en dos posiciones al mismo tiempo: conectado emocionalmente con un hijo o una hija que acaba de nacer, y al mismo tiempo tener que estar rindiendo laboralmente”.
“Esto no solo perjudica a la familia sino a éste trabajador, que a veces está con la cabeza en un lado y en el otro y se sobrecarga, genera síndromes de burnout, genera ausentismo o genera accidentes laborales”, profundiza el especialista.
Al tener que volver al espacio de trabajo y no tener tiempo de conectar con su hijo, el padre debe dejar el cuidado a la madre, que se ve forzada a organizar todas las tareas sola. Así, el rol del padre queda relegado al de ayudante de la madre cada vez que vuelve al hogar, lo que termina generando roses y resentimientos dentro de la relación familiar.
Reproduce roles de género
Tener pocos días de licencia de paternidad no solo afecta al hombre que quiere estar más tiempo con su hijo recién nacido. Además reproduce y perpetúa los roles de género, reforzando la idea de que la responsabilidad de la crianza caiga sobre la madre.
“La tercera parte del tiempo las mujeres la dedican a tareas no remuneradas”, detalla Criado, “y esto genera una dificultad no solamente de tiempos sino también económica y perjudica a las mujeres que quieren tal vez dedicarse profesionalmente, que tal vez consiguen empleos peores pagos”.
Los pocos días de licencia de paternidad son la punta del iceberg: el estereotipo de que la mujer es la que debe cargar con las tareas de cuidado se sigue reforzando en el espacio de trabajo, muchas veces negando licencias a los hombres o salidas en eventos importantes del niño, como el primer día de clase o la visita al pediatra o reuniones de padres en las escuelas.
La normativa, junto a la asunción de que será la mujer la que llevará adelante las tareas de cuidado, también las perjudica a la hora de competir para conseguir un mejor empleo, ya que un empleador muchas veces preferirá contratar a un hombre justamente porque tendrá que darle menos días de licencia en el caso de tener un hijo.
En la DNEIyG hicimos el ejercicio de medir el Trabajo Doméstico y de Cuidados No Remunerado: 📊representa un 15,9% del PBI y es el sector de mayor aporte en toda la economía, seguido por la industria (13,2%) y el comercio (13%). pic.twitter.com/ivfeCiCnuP
— Mercedes DAlessandro 💚 (@dalesmm) September 1, 2020
Entonces, darle menos días de licencia de paternidad a los hombres perpetúa la desigualdad de género en el mercado laboral, poniendo sobre las mujeres la responsabilidad de hacerse cargo de las tareas no remuneradas relacionadas al cuidado de los niños.
De acuerdo a un informe de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación, el trabajo no remunerado es la actividad que más aporta a la economía, representando un 15,9% del PBI del país.
Por ello, Matías Criado afirma que la licencia en particular no es solo un derecho del trabajador, sino también una “cuenta pendiente que tenemos los varones” de contribuir a estas tareas necesarias y que hasta hoy en la mayoría de los casos siguen cayendo exclusivamente las mujeres.
Repensar el cuidado
Otro punto a tener en cuenta es que la diferencia en las licencias por paternidad y maternidad se corresponden con un modelo de familia, de madre cuidadora y padre proveedor, que no solo perpetúa la desigualdad de género sino que hoy en día sería difícilmente replicable.
“Hoy podemos ver que las familias tienen muchas diversidades, familias ensambladas, familias con el novio de la pareja o el otro padre nuevo”, analiza Criado, “entonces tenemos que entender que el cuidado no solamente tendrían que recaer en papá y mamá, sino en lo que se llama ‘Diamante del Cuidado’ que son la familia, el Estado, el mercado y la comunidad”.
La crianza de los niños ya no puede ser pensada sólo a partir de la familia, sino que los distintos espacios sociales, como el trabajo, la escuela, el club, deben hacer su aporte para facilitar estas tareas de una forma reflexiva y que evite la reproducción de roles y modelos arcaicos.
Entonces, además de ampliar las licencias por paternidad y poner en agenda la responsabilidad masculina en las tareas de cuidado, es necesario avanzar hacia otras políticas que contribuyan a facilitar la crianza de los niños de una forma más equitativa.
“Son todos los espacios relacionados al cuidado donde tenemos que empezar a generar un cambio social”, concluye Criado, “es muy importante no pensar la licencia por paternidad como un punto de llegada sino como un punto de partida para todos estos cambios en relación al sistema de cuidados que se tienen que empezar a dar”.
ADEMÁS EN NEA HOY:
Violencia de género mediática: ¿qué responsabilidad tienen los medios de comunicación?
La pluriparentalidad: repensar las relaciones familiares para hacer valer los derechos de los niños
El macrismo o el COVID-19 ¿cuál de las pandemias fue peor para la economía argentina?
