La causa por estafas piramidales de Generación Zoe sigue avanzando en Corrientes, donde funcionó uno de los centros más importantes del país teniendo en cuenta el número de damnificados. Allí estuvo presente, entre septiembre y octubre del año pasado, Leonardo Cositorto, el CEO de la organización quien ya se encuentra alojado en la cárcel de la localidad cordobesa de Bouwer luego del pedido de detención internacional.
NEA HOY llegó hasta Goya donde referentes judiciales que investigan la causa prestaron declaraciones sobre el avance de la misma y donde uno de los afectados por las estafas contó su experiencia.
La voz del fiscal de la causa: expectativas por el traslado a Cositorto y cada vez más víctimas
El magistrado dialogó con este medio y anticipó que esperan el traslado de Leonardo Cositorto a la localidad correntina para que preste declaraciones frente a la querella.
Palisá señaló que estiman unos 300 afectados en Goya y dijo que se encuentran trabajando con más de 100 evidencias. Dentro de ese número, alrededor de 50 documentos son prueba de las estafas y la existencia de una asociación ilícita.
Igualmente, el fiscal anticipó que podrían ser muchas más las personas que se vieron afectadas por las maniobras ilícitas de Generación Zoe y, si bien se limitó a hablar de afectados en otros sitios de la provincia, no lo descartó.
Por otro lado, dijo que trabajan para formalizar la imputación contra los principales líderes de Zoe entre los que se encuentran Cositorto, y quienes tuvieron fundamental protagonismo en Goya; los hermanos Javier y Nicolás Medina y Lucas Camelino.
Al respecto de los tres últimos imputados, Palisá explicó que pidió la detención y prisión preventiva que, en un primer momento, les fue impugnada y luego ratificada por el Tribunal de Revisión de Mercedes.
El magistrado asegura que tuvieron un rol importante en la causa de estafas piramidales y así lo entendieron otros juzgados.
En tanto, contó que una vez que se formalizó la prisión preventiva, uno de los acusados pidió obtener prisión domiciliaria argumentando causas de salud.
Sobre Cositorto, Palisá dijo que la formalización de la imputación va a ser muy importante, no sólo por los afectados sino por el mismo acusado ya que le habilitaría un mecanismo de defensa que debe tener cualquier persona. En ese marco, esperan que se presente en Goya.
El testimonio de uno de los afectados
NEA HOY dialogó con Lucio Fernández, un hombre de 42 años, quien conoció a Generación Zoe a mediados del año pasado.
“Me decidí invertir con ellos en septiembre del año pasado. Me propusieron ingresar integrando un fideicomiso que consistía en 1.000 dólares. Tenía un tiempo de 3 años de contrato, una permanencia mínima de un año, por si uno quería salir”, comentó.
Los referentes de la organización les facilitaron una aplicación donde debían registrarse para ver los resultados de las inversiones de forma diaria y mensual de la renta que iban generando por la inversión hecha y les dijeron que era una billetera virtual aunque los afectados notaron otra cosa.
“No se parecía a una billetera virtual porque no podías hacer uso, en el momento, de tu rentabilidad”, señaló Fernández.
Luego, Generación Zoe implementó lo que llamaron bots sintéticos mediante los cuales podían invertir con contratos por un año. De la rentabilidad que obtenían por el dinero invertido, otorgaban un 20% mensual. Por su parte, Lució invirtió $1.200.000.
Los pagos se venían realizando según lo acordado, contó Fernández, pero no les entregaron el contrato de la inversión ya que, supuestamente, se encontraban formalizándolo en la plataforma digital llamada Back Oficce, donde nunca apareció.
Durante su permanencia en Zoe, en cinco meses, Lucio reclamó que se lo entregaran pero no lo hicieron.
Cuando la difícil situación comenzó a ponerse de manifiesto, en febrero, y los referentes notaron que no iban a poder afrontar los pagos, les anunciaron que no iban a pagar el monto mensual.
Desde entonces, se continuó una seguidilla de promesas nunca cumplidas por parte de los líderes de Zoe que intentaban aplacar la incertidumbre de los socios para que la situación no fuera peor.
Lucio comentó que, incluso, prometieron devolverle el capital aportado y les enviaron un nuevo link para completar una planilla con sus datos personales y las distintas inversiones realizadas. En su caso, comenta, fueron 14.000 dólares; en pesos argentinos, unos $2.500.000, solo teniendo en cuenta el capital aportado, sin los intereses.
Sin embargo, mediante este mecanismo intentaron hacer desaparecer el sitio inicial de Generación Zoe y trasladar la información a otro sitio, con el nombre de otra empresa. En definitiva, intentaron continuar operando ilícitamente.
Lucio Fernández relató a este medio los diferentes momentos en que tuvo contacto con los imputados por la causa de estafas; Lucas Camelino, los hermanos Javier y Nicolas Medina y Macarena Bernal, a quien identificó como la que realizaba los pagos.
Señaló también los intentos de estos por cambiar el nombre de la asociación, una vez iniciado el conflicto que tuvo trascendencia internacional, y la estrategia de propaganda que consistió en cambiar toda la cartelería del local donde funcionaban en Goya.
Por último, Fernández expresó la difícil situación que vive, como los demás afectados de su localidad. Remarcó que se encuentran anímicamente muy mal, particularmente porque “cuesta conseguir trabajo“. Algunos tienen más de 40 años y eso los limita, mucho más, teniendo en cuenta que la oferta laboral local no es grande.
“No tengo con qué sobrevivir el día a día; vivo ayudando a unos amigos, atendiendo por ahí cuando necesitan, un negocio, o hay quienes me prestan dinero y en su momento veré como se los voy a devolver. Tengo esperanzas de que ahora que están tras las rejas que devuelvan la plata y digan, que dónde está, hay bienes embargados, pero la angustia y la desazón que tenemos hace que la pasemos muy mal”, expresó.
También se refirió al mecanismo utilizado por uno de los imputados en la causa para obtener la prisión domiciliaria. “Mientras estaban afuera del país hacían uso de la plata, se mostraban en autos y viajes y ahora que están encarcelados dicen que están enfermos, que les sube la presión, que están angustiados. Imaginate en mi caso que invertí parte de mi indemnización y ahorros que tengo de toda la vida y ahora estoy prácticamente sin un peso”, finalizó.
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