Representantes de centros culturales, bibliotecas populares, grupos de teatros, talleres literarios y de música de toda la región se reunieron este fin de semana en Corrientes en el Encuentro Regional de Cultura Viva Comunitaria. El objetivo fue poner en común las necesidades del sector pensando en el encuentro nacional que se realizará el mes de septiembre en Paraná, Entre Ríos.
El encuentro está enmarcado dentro del “Movimiento Cultura Viva Comunitaria”, que lleva más de una década gestándose y gestionando diversos encuentros internacionales entre organizaciones y expresiones culturales barriales y rurales, múltiples y diversas.
Como principal horizonte, el movimiento impulsa que los gobiernos asignen al menos el 0,1% de sus presupuestos a programas para el sostenimiento de las culturas vivas comunitarias dentro de su territorio, buscando así la alianza real entre el Estado y las Organizaciones Sociales.
El impacto de la cultura comunitaria
La palabra “cultura” suele estar asociada a las expresiones artísticas difundidas y transmitidas a un público. Pero entender la cultura de forma comunitaria rompe con esta concepción.
Si bien muchas de las organizaciones que se encuentran dentro del movimiento Cultura Viva Comunitaria utilizan las expresiones artísticas para el desarrollo de sus actividades, para ellos el término “cultura” explica algo más abarcativo que escapa a las disciplinas tradicionales del arte.
En diálogo con NEA HOY, la referente regional del movimiento Cultura Viva Comunitaria Nancy Coronel separó al arte comunitario del tradicional al colocarlo dentro de la órbita de “lo colaborativo, lo participativo y lo no competitivo“. Las expresiones dentro del arte comunitario no se desarrollan con un fin de lucro o de competencia por la mayor masividad de una pieza específica, sino que ven en su desarrollo el propio fin.
El encontrarse con el otro, la puesta en común y el compartir del proceso creativo son los objetivos de lo comunitario, aportando al desarrollo de las personas que participan en el proceso. Allí radica la segunda diferencia que Coronel plantea con respecto al arte tradicional: la apertura y necesidad de abrir el juego para que más gente sea partícipe del proceso.
“Todos los actores que se encuentran dentro de estas organizaciones, a través de los diferentes lenguajes artísticos trabajan en pos del desarrollo corporal y espiritual, tanto de la persona como de la comunidad en sí”, explica Coronel, “no es a puerta cerrada, no es como una academia, sino que lo comunitario implica justamente estar abierto a la comunidad”.
Entonces, mientras el arte tradicional se centra en la difusión en una comunidad de una pieza desarrollada a puertas cerradas por uno o varios artistas, en la cultura comunitaria se busca que la comunidad pueda desarrollarse mediante una práctica artística o cultural.
Así, el concepto de cultura también se abre para abarcar a todo aquello que contribuya al desarrollo de una comunidad, desde el baile y el teatro hasta las artesanías y las huertas comunitarias.
“La cultura viva la hacemos todos los días, constantemente y a través de nuestros actores comunitarios, el vecino, la persona que va a la huerta comunitaria con su familia, el otro vecino que se va a hacer música, las experiencias son muchas las que hay acá en Argentina y en la región”, concluye Coronel.
Recuerda que @iberculturaviva te acompaña rumbo a Perú para participar en el 5º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria a partir de la “Convocatoria de Movilidad 2022”.
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— Vinculación Cultural (@VinculaCultura) July 31, 2022
El trabajo en red
Coronel cuenta que, si uno pregunta en los barrios, va a encontrarse con muchas organizaciones y actores que realizan prácticas de cultura comunitaria. Gracias a ellas, es posible el acceso y desarrollo de la cultura en comunidades que se encuentran en los márgenes y periferias de los grandes centros urbanos.
A pesar de su impacto social y cultural, la mayoría de las organizaciones y actores dentro de la cultura comunitaria llevan adelante estas actividades de manera voluntaria e impulsados por su propia inquietud, muchas veces con poco acceso a capacitaciones que puedan servirle para gestionar y fortalecer el desarrollo de sus actividades.
“Por eso lo más importante para nosotros es el fortalecimiento y el trabajo en red de las organizaciones”, explica Coronel, “estos encuentros son para el intercambio de experiencias, información, tratar de seguir con las capacitaciones para el fortalecimiento y el armado de proyectos, la formalización de las organizaciones”.
En el encuentro regional, las distintas organizaciones establecen relaciones con otros actores de la cultura comunitaria con las que pueden evaluar fortalezas y debilidades que han encontrado en sus trayectorias y juntas encontrar posibles soluciones a los desafíos que les presenta la continuidad del desarrollo de sus actividades en sus pueblos, provincias o regiones.
Además, a través de esta puesta en común se desarrolló un documento con las necesidades del sector en la región, que se elevará al Encuentro Nacional que tendrá lugar del 2 al 4 de septiembre en la ciudad de Paraná, Entre Ríos.
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