El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) indicó que la cosecha y el consumo de yerba mate disminuyeron durante el primer semestre del año, en comparación al año pasado. Desde el sector descartaron que el panorama sea preocupante pero advierten del impacto ambiental de la sequía y los incendios, que ya se empiezan a avizorar.
En cifras concretas, la cosecha cerró con 381.230.588 kilos, lo que representó un atraso de cosecha de más de 120 millones de kilos con relación a igual período del año pasado, que fue de 501.798.126, debido a un inicio demorado por factores climáticos.
En cuanto al consumo, en junio pasado, se habrían consumido 23.151.463 kilos, mientras que en el acumulado del primer período de este 2022 habría sido de 137.496.309 kilos, levemente por debajo de los 138.659.211 de la misma etapa del año pasado.
“La caída del consumo de yerba mate se debe a un reacomodamiento de la industria que, si se analiza matemáticamente, no llega al 2% en la disminución”, explicó a NEA HOY el referente de la Cooperativa Colonia Liebig y exdirector del INYM, Esteban Fridlmeier.
Este “reacomodamiento” se debe, entre otros factores, al retraso en la cosecha que fue generado por cuestiones climáticas. A su vez, el productor dijo que los números en baja representan una menor facturación de los secaderos a las industrias, y estas a las cadenas comerciales, en el que también influyen factores económicos como la inflación.
Exportaciones
Otra cifra que se muestra en rojo es la de las exportaciones, que sumaron 2.463.042 kilos en junio y 17.077.403 kilos en el período enero-junio. Por lo que se habla de una caída de 5% respecto del mismo período del año pasado, donde se exportaron 17.988.617 kilos.
En este sentido, Fridlmeier señaló que el mayor drama lo tuvo la localidad misionera de Andresito, donde se encuentra una sociedad comercial siria que dejó de comprar materia prima local y ahora exporta desde Brasil y Paraguay, por conveniencia económica.
“Esto significa unos 23 o 24 millones de kilos de yerba mate argentina que dejó de exportarse, lo cual no es una buena noticia”, mencionó el referente.
Sin embargo, aclaró que esta situación impactará positivamente en el mercado interno ya que se cuenta con mayor cantidad de yerba mate elaborada para la importación.
¿Podría caer más el consumo y la cosecha?
“Los efectos de los factores ambientales en la cosecha de yerba mate se podrán notar completamente en septiembre, una vez que finalice la zafra”, señaló Fridlmeier. De igual modo, consideró que proyecta una merma importante en la producción, que será atenuada por la disponibilidad de materia que no fue exportada a Siria.
Respecto a las previsiones del consumo para los meses que vienen, dijo que la época invernal (otoño-invierno) es la de mayor consumo, por lo que se supone que hasta septiembre u octubre se mantenga; hacia fines de año, como es común, podría disminuir nuevamente.
“Pienso que vamos a mantener el equilibrio con respecto a la producción, no veo como un problema que haya sobre oferta y, en general, las empresas están mejorando su proceso de secado y molienda, lo que genera un beneficio mayor para los consumidores que obtienen un producto con mayor tecnología aplicada y con mayor estándar de calidad”, finalizó el referente del INYM.
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