La historia del sable de Bolívar está rodeada de escándalos e intrigas. Se trata de una reliquia que perteneció al héroe independentista, y como tal, es un símbolo de la independencia y la libertad. Pero al igual que otros símbolos del continente, fue objeto de robos, ultrajes y elucubraciones casi mitológicas.
El 7 de agosto la espada sumó otro polémico capítulo a su historia, cuando el nuevo Presidente de Colombia Gustavo Petro exigió que se la exhibiera en su escenario durante la ceremonia de asunción.
“Le solicito a la Casa militar traer la espada de Bolívar. Es una orden del mandato popular y de este mandatario” fueron las palabras del primer gobernante de izquierda del país. La orden, sin embargo, provocó que el acto de asunción se demorara varios minutos, ya que el Presidente saliente, Ivan Duque, se negaba a dejar a disposición la espada.
Los militares al principio no supieron qué hacer, encontrándose entre las ordenes del Presidente saliente y el entrante, hasta que veinte minutos después resolvieron obedecer las demandas de Petro, y exhibir el sable de Bolívar junto a él.
A este episodio se sumó la polémica el Rey Felipe VI de España, que decidió no rendir honores al símbolo de la independencia continental. Después de todo, Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón es el tataranieto del antiguo Rey Fernando VII, quien perdió medio continente por el filo de ese mismo sable, el monarca que perdió medio continente americano.
La espada y el M-19
La espada acompañó a Simón Bolívar durante su causa de la independencia continental. Desde 1920 descansa en la Casa Museo Quinta Simón Bolivar, donde era exhibida como reliquia histórica y patrimonio de la patria.
50 años después los fundadores de la guerrilla M-19, Jaime Bateman y Luis Otero se vieron tentados por la historia que rodea al sable, e inspirados en la acción de los tupamaros uruguayos cuando robaron la bandera de los 33 orientales, decidieron sustraerlo de su lugar de descanso.
El robo sucedió la noche del 17 de enero de 1974, cuando los guerrilleros entraron en la casa-quinta del libertador, sustrajeron el sable de Bolivar, y en su lugar dejaron una frase del poeta Nelson Osorio: “Bolívar, tu espada vuelve a la lucha”. Desde ese momento, la espada pasaría 17 años en la clandestinidad, escondiéndose en Colombia, Panamá y Cuba.
El sable en manos de Pablo Escobar
A partir de allí, muchas versiones existieron sobre el destino del sable de Bolívar. Una de ellas dice que la reliquia fue a parar en manos del mismísimo capo del cartel de Medellín Pablo Escobar.
El rumor se originó a partir de las confesiones de los propios sicarios del capo, que en mientras negociaban sus penas, dijeron que Escobar había dado dos millones de dólares a la guerrilla para financiar la toma del Palacio de Justicia, y que estos en retribución le entregaron la espada.
La versión adquirió aún más notoriedad cuando circuló una foto donde se muestra a Juan Pablo Escobar, hijo del traficante, sosteniendo una espada similar a la de Bolívar, y desde ahí se la dió por cierta y fue incluida en la mayoría de las ficciones dedicadas a la vida de Pablo Escobar, como las novela colombiana “El Barón del Mal” o la serie de Netflix “Narcos”.
La versión, sin embargo, fue desmentida por varias fuentes. No solo muchos exmiembros del M-19 salieron a negar cualquier involucramiento de Pablo Escobar en la toma del Palacio de Justicia, sino que además distintos expertos consultados por el sitio de Fact Cheking AFP afirmaron que lo que se muestra en la foto no es el sable de Bolívar.
Entre los expertos se encuentra la directora de la Casa Museo Quinta de Bolívar, donde se encuentra la reliquia. Según la experta, “La Espada de Bolívar tiene una empuñadura que tiene una guarnición calada, que cubre parte de la mano, donde se ve el escudo de la Gran Colombia y otros detalles vegetales. Y también tiene el guardamano y un gavilán. Nada de esto aparece en la foto“.
El propio Juan Pablo Escobar sostiene que miembros del M-19 le vendieron la espada a Pablo Escobar, pero que la misma era falsa. En su primer libro “Pablo Escobar: Mi Padre”, Juan Pablo escribe que cuando era niño, entre otras excentricidades, su padre le regaló la reliquia nacional para que la tuviera entre sus otros juguetes, y que en 1990 se la pidió de regreso para devolvérsela a los guerrilleros.
Sin embargo, en su segundo libro titulado “Pablo Escobar: In Fraganti, lo que mi padre nunca me contó” narra una charla que tuvo con José Otty Patiño, exguerrillero del M-19. En esta charla, él le cuenta que el sable que le vendieron a su padre era solamente una copia.
El sable en la clandestinidad
De acuerdo a los testimonios de los exmiembros del M-19, después de ser robada de la Casa Museo Quinta Bolívar la verdadera espada fue llevada inmediatamente a la casa de un estudiante de ingenieria Ernesto Sendoya. Allí se colocó el sable sobre un mapa de América Latina y se sacó la famosa foto que se publicaría un día después en la primera edición de la Revista Alternativa con el pie que decía “Apareció la espada de Bolívar. Está en Latinoamérica”.
La espada fue guardada en la casa del poeta León de Greiff, quien simpatizaba con el movimiento. Curiosamente, en 1975 el escritor fue homenajeado por el entonces presidente Alfonso López Michelsen, quien fue recibido en la casa del poeta sin sospechar que en la misma se encontraba el sable que las fuerzas colombianas estaban buscando por todo el país.
“Traigan la espada de Bolívar” y se la trajeron
“No es golpeando al vendedor ambulante, es ayudarlo”
Así le están cumpliendo la orden y ya está llegando “la Policía Humana”
¿Qué diferencia verdad? Muy diferente a la policía del Duque, de Molano
— AlfredodelaA (@AlfredodelaA) August 21, 2022
El sable de Bolívar descansó en la casa del poeta hasta su muerte el 11 de Julio de 1976, tras lo cual fue resguardada por el propio Bateman Jaime. Desde allí hasta el 85 la reliquia recorrió distintos puntos del país, a punto de ser descubierta en varias ocasiones por el Ejército Nacional de Colombia que le seguía la pista.
En 1985, antes de la toma del Palacio de Justicia, los guerrilleros se aseguran de que el sable de Bolívar no se encuentre en el país, y lo trasladan de Colombia a Panamá por medio de las embajadas cubanas de ambos países. En 1989 la espada estuvo a punto de perderse durante la invasión estadounidense, tras lo cual fue trasladada a Cuba.
Finalmente, luego de la desmovilización del M-19 en 1990 los propios guerrilleros devuelven el sable a la Quinta de Bolívar en Bogotá, para lo cual debió ser trasladada desde Cuba hasta Venezuela para ser entregada por el propio presidente de Venezuela Carlos Andrés Péres al presidente de la Asamblea Constituyente Antonio Navarro Wolf, con el premio nobel de literatura Gabriel Garcia Márquez oficiando de testigo.
– Y entonces dijé: ordenó q traigan la espada de Bolivar!! Y q escandalo tan hp!!!🤣 pic.twitter.com/fIMHJkXA0T
— lord Petrosky (@juanPer96528589) August 18, 2022
Un año más tarde el sable de Bolívar fue restituido a la casa quinta del libertador, hasta que en un intento de evitar tentaciones, fue trasladado a la bóveda del Banco de la República de Colombia.
Fue el propio expresidente Iván Duque quien volvió a mostrarla en sociedad, cuando la llevó al palacio de Gobierno en el 2020 para conmemorar los 237 años del nacimiento de Bolivar.
El mismo Duque, además, se la presentó a Gustavo Petro en una reunión privada que ambos tuvieron después de las elecciones. Fue allí que el ahora mandatario tuvo la idea de mostrarla junto a él en su acto de asunción, agregando un nuevo capítulo a la historia de polémicas que rodean al sable de Bolívar.
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