El día de hoy se celebra en todo el país el Día del Lector, una oportunidad para recomendar libros y distintos materiales para seguir promocionando una actividad tan rica como la lectura.
El día se celebra en el país desde julio del 2012, cuando el congreso Promulgó la Ley 26.754. La normativa establece esta fecha en conmemoración al nacimiento de Jorge Luis Borges, aclamado a nivel mundial como uno de los mejores escritores del Siglo XX.
Aprovechando el día, NEA HOY le pidió a distintos escritores de la región que recomienden aquellos libros que los marcaron o le gustaron por distintas razones. Las consignas fueron tres: se les pidió que hablen sobre los libros que los marcaron en sus vidas, aquellos que recomendarían entre los últimos que han leído y cuales darían a un niño de entre 10 y 12 años para cultivar e inculcar su amor por la lectura.
Sergio Alvez
Como periodista y escritor, el posadeño Sergio Alvez publica crónicas en distintos portales digitales sobre lo que ocurre en la provincia. Publicó los libros de relatos “Urú” (2016), Toma (2018) y Descubiertero (2020) y en el 2021 escribió el guión del cortometraje “Maragato”, proyecto ganador del concurso “Entre Fronteras”, del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones.
Al preguntarle por algún libro que haya marcado su vida, Alvez se remonta a su niñez, época que acompañaba a su madre a un local que funcionaba como un club de lectura donde cada miembro podía llevarse de tres a cinco libros pagando una cuota mensual.
De esa forma dice haber tenido acceso a un sin fin de libros de ficción que cambiaron su forma de ver las cosas, mientras aprovecha para recordar una cita de María Andruetto al preguntarse para qué sirve la ficción: “Vamos a la ficción para intentar comprendernos, para conocer algo más acerca de nuestras contradicciones, miserias y grandezas, es decir acerca de lo más profundamente humano”.
Cuando se le apura para que elija alguno, Alvez recuerda dos que lo marcaron en particular. El primero es el clásico de Vasconcelos Mi planta de naranja lima, un libro impresionante, con un fuerte contenido social, y que a su modo habla de la inmensa soledad y tristeza que puede llegar a sentir una persona durante una infancia atravesada por la pobreza.
El segundo es la novela Damon, de Terry Cline, al que accedió mucho antes de la edad recomendada y recuerda haber quedado impactado por la violencia que se envuelve alrededor de un niño de 4 años con una fuerza sobrenatural.
A la hora de recomendar un libro para algún colega o amigo, Alvez duda menos, e inmediatamente menciona a “Cupo”, de María Inés Krimer. “Lo recomiendo porque introduce un tema poco transitado y muy interesante, que es el rol de las mujeres dentro del sindicalismo mayormente misógino que existe en Argentina”.
Sin embargo, dice no sentirse autorizado para recomendar literatura a personas de 10 o 12 años y que prefiere que sean los propios niños los que le recomienden literatura a los adultos, así que da vuelta el tablero y recomienda algo que su hija, de 14, le recomendó a él.
Se trata de la serie Heartstopper, de Alice Oseman, que le pareció increíble. “Creo que mi generación, o buena parte de ella, creció leyendo solo historias heteronormativas, salvo excepciones, y por eso me siento maravillado con aquellas autoras o autores que escriben desde la diversidad sexual, y lo hacen con la naturalidad que tienen las infancias y adolescencias para entender y disfrutar esas historias”, explica Alvez.
Noelia Albrecht
Albretch nació en Chaco, en el municipio de Presidencia Roque Sáenz Peña, pero actualmente reside en Misiones. Es profesora de letras y formó parte de diversos concursos literarios, publicando cuentos y poemas en distintas antologías grupales. En los últimos años publicó dos libros de cuentos y microrelatos fantásticos, “Lo que escribí mientras no me mirabas” y “Sueño de perro”.
Albrecht disfruta releyendo los libros que la marcaron de niña, y que de adulta encuentra otro sentido. Como ejemplo menciona dos: Los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift y por supuesto Mafalda, del inmortal Quino.
Ya en la adolescencia, dice haber sido marcada por libros como El Matadero de Esteban Echeverría o el Bestiario de Julio Cortázar. “El primero me parece una obra fascinante porque es la argentinidad en su máximo esplendor. Carne, corrupción, violencia, hambre, política, todo junto desde los ojos de la literatura”, mientras que Bestiario “me lleva al género que más disfruto que es el fantástico y fue la puerta de entrada al mundo Cortázar”.
Entre los últimos libros que leyó se encuentra “Cadaver Exquisito”, de la autora argentina Agustina Bazterrica, un libro del género distópico que transcurre en un futuro cercano donde el canibalismo está legalizado. “Lamentablemente no aprendimos a ser empáticos ni solidarios, por lo tanto ese futuro aterrador sería una opción”.
Albrecht tampoco se anima a recomendar algo para niños o preadolescentes, y cree que lo mejor para inculcar la lectura en las infancias es ir acercándoles varios libros diferentes y acompañarlos para ver cuales les termina gustando más.
Julieta Nuñez
La poeta y bibliotecaria Julieta Nuñez es una escritora inquieta que constantemente encabeza ciclos y grupos literarios. El último de ellos es “les borders”, un grupo de experimentación literaria de Formosa que publicó recientemente su antología. Además, Julieta cuenta con dos poemarios en su haber, “Cross en la mandíbula” y “Bitácora”.
Julieta también elige dos libros que le fueron marcando en distintas etapas de su vida. El primero es “El Juguete Rabioso” de Roberto Arlt, cuya influencia está manifiesta en el título de su primer libro.
Según cuenta, quedó conmovida por las historias de Arlt en donde se presentan personajes a los que se les niega la vida digna, y con la paradoja que presenta esa filosofía “dostoievsca” en donde el potencial del personaje y su condición de permanente perdedor se retroalimentan como tragedia de la modernidad.
El segundo fue “Los montes de la loca” de Marisa Wagner, que a través de distintas figuras poéticas manifiesta sensaciones atravesadas por los padecimientos mentales. “Me marcó por lo que me movió a nivel personal, me hizo darme cuenta del nivel en que algunos autores pueden llegar a comprenderte sin conocerte”.
Entre los últimos libros que leyó, se encuentran “Desgarrós. Exilios, duelos y muros”, el libro de José Muchnik, que la sorprendió en su estructura y la forma en que está trabajado el duelo y la contestación al rol del poeta.
El segundo que recomienda es “Llueve (instrucciones inútiles para abrazarse)” del cordobés Iván Ferreyra, que le gustó porque “tiene una onda beat y medio rock en su poesía”.
Como bibliotecaria, Nuñez se toma muy en serio lo de recomendar libros para las infancias, pero después de darle muchas vueltas al asunto, se anima a recomendar dos cuentos que por las temáticas que aborda considera propicios para niños.
El primero es “Niña bonita” de Ana María Machado, la historia de un conejo blanco que quiere ser oscuro como una niña de la que ha quedado “prendado”. El otro cuento es “La Composición” de Antonio Skármeta, que Julieta considera un excelente recurso para trabajar los temas de la dictadura y las desapariciones forzadas.
Orlando Van Bredam
Como uno de los escritores más consagrados de Formosa, Van Bredam posee una larga trayectoria como narrador, poeta y ensayista. Entre otras menciones, su novela “Teoría del desamparo” ganó el premio Émecé en el 2007 y “La Música en que Flotamos” lo convirtió en finalista finalista del Premio Clarín Alfaguara de novela en el 2007
El libro que lo marcó de pequeño fue “La Isla del Tesoro” de Robert Stevenson que lo dejó deslumbrado por la trama y el lenguaje descriptivo y veraz con el que se exploraba ese mundo lleno de piratas. Según cuenta Van Bredam, a pesar de tener solo 9 años cuando lo leyó, con ese libro Stevenson le despertó para siempre el deseo de escribir.
Entre los últimos libros que leyó, recomienda “Esto nunca existió” de Mempo Giardinelli “Una novela que desvela por el tema que aborda y el intenso discurso narrativo que la sostiene. Muy recomendable para jóvenes y público adulto” explica Van Bredam.
Por último, cuando se trata de los niños el escritor formoseño no duda en recomendar la serie “Cuentos de terror para Franco”, de Hugo Daniel Mitoire que edita la editorial chaqueña “Libros por la Paz”.
Mariana Rinesi
La correntina abogada y licenciada en letras tiene varios poemarios en su haber, como “El mondongo ataráxico” (2001), “El mondongo ataráxico II” (2003), “El ombligo de Eva” (Zeus, 2007), “5:25 – La vida entre cuatro paredes” (Ananga Ranga, 2010), “Abrite” (Ananga Ranga, 2019)
Como libro que haya marcado su vida, Rinesi destaca a “Memorias de Adriano”, de Margarite Yourcenar, “estas memorias epistolares del emperador romano exceden el marco del género tradicionalmente biográfico para tocar, con libertad y acierto, temas atemporales como el amor, el poder, la vejez y la muerte”.
En cambio, para recomendar alguno de los últimos libros que leyó no necesita ir tan lejos, y elige la novela “Ivo El Emperador” de su coprovinciano José Gabriel Ceballos que fue recientemente reeditada en una colección de la editorial Contexto dedicada a autores regionales.
“Tenemos grandes narradores en nuestra región y de trayectoria consolidada, en cuya lectura vale la pena adentrarnos para descubrir miradas a veces lúdicas, a veces incisivas, en ocasiones ambas sobre nuestra idiosincrasia”, asegura Rinesi, “Están Osvaldo Mazal, José Gabriel Ceballos, Patricia Severín, Miguel Ángel Molfino, Juan Basterra, Francisco “Tete” Romero, Darío Ruido, por mencionar solo algunos”.
Para inculcar la lectura en los más chicos, Rinesi recurre al infalible “El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, cuya “simpleza y profundidad amable ha impulsado –y sigue haciéndolo- a generaciones entusiastas de lectores”.
José Gabriel Ceballos
El escritor de Alvear, Corrientes, fue consagrado con varios premios internacionales. Se destacan el premio Único Latinoamericano de la Editorial Universitaria Centroamericana (Educa) de San José, Costa Rica que recibió en 1997 con su libro de cuentos “El patrón del Chamamé” y el Premio Tiflos de Cuentos, organizado por la Fundación ONCE (Madrid, España) obtenido en el 2009 por su libro “Entre Eros y Tánatos”.
A diferencia de los otros escritores entrevistados, Ceballos ubica a la mayoría de los libros que lo marcaron dentro de su periodo universitario, cuando ya sabía que quería ser escritor y empezó a leer las obras de forma más analítica.
“‘Crimen y castigo’, de Dostoyevski, ‘Madame Bovary’ de Flaubert y varias de las obras de Shakespeare, me enseñaron que la literatura sirve para penetrar en el alma humana y retratarla, más allá de lo estético”, explica, “‘El banquete de Severo Arcángelo’, de Marechal, me orientó, creo, en el rumbo del humor como mirada literaria y sus infinitas posibilidades de combinación con otras perspectivas de la realidad, y ‘El jorobadito’ y otros cuentos de Arlt, me marcaron por la fuerza de los personajes”.
Entre los últimos que leyó, recomienda “Junil en tierra de bárbaros”, de Joan-Lluís Lluís, “por su vuelo poético, porque me devolvió el sabor de la narrativa de aventuras con sentido poético”, mientras que para inculcar la lectura en los más chicos elige a “Rosinha, mi canoa”, de José Mauro de Vasconcelos “porque trabaja mucho con la ternura y por el nexo que establece entre la ecología y lo profundo del ser humano”.
Luis Argañaras
Profesor de letras egresado por la UNNE, el chaqueño Argañaras es miembro cofundador del Ananga Ranga Taller. Entre sus publicaciones se encuentran los poemarios “Riguales y fantasmas” del 2001, “Cuerpo en pena” del 2004 y las novelas “La extranjera” del 2001 y “tras un manto de neblinas” del 2017.
Argañaras menciona dos libros cuando se le pregunta por los que más marcaron su vida, “La montaña de luz“, de Emilio Salgari y “Dos años de vacaciones“, de Julio Verne. “Mirando atrás, veo que a partir de ahí surgió la necesidad de seguir leyendo”, explica, “Antes de ambos libros, ya leía yo textos escolares, historietas, revistas como Billiken o Anteojito, que para mí fueron una buena preparación para abordar otras lecturas”.
Entre los últimos libros que leyó se encuentra “De cómo perder lo que nunca se tuvo” de Andrés Kilstein, editado por la editora independiente Milena Cacerola.
El escritor recomienda esta obra porque aborda un tema que le preocupa, el desprecio al conocimiento, sobre todo a las Ciencias Sociales. “Y lo aborda lejos de toda solemnidad, con humor agudo, a través de la voz del protagonista, un joven egresado de la carrera de Sociología en busca de empleo”, comenta.
Para los mas chicos, Argañaras recomienda utilizar mitos y leyendas de la región para inculcar en ellos el placer por la lectura y alimentar su imaginación, agregando además algunas historias de “Las mil y una noches”.
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