24.4 C
Corrientes
25.5 C
Formosa
22.7 C
Posadas
24.1 C
Resistencia
32.7 C
Asunción
Martes 23 de abril de 2024
-Publicidad-

¿Los discursos de odio en los medios tienen relación con el intento de magnicidio contra Cristina Fernández?

El intento de magnicidio ocurrido el jueves es un atentado contra la democracia y la figura presidencial elegida por el voto popular. Distintos referentes responsabilizaron a los discursos de odio reproducidos por los medios de comunicación y redes sociales

El intento de magnicidio ocurrido el jueves es un atentado contra la democracia y la figura presidencial elegida por el voto popular. Distintos referentes responsabilizaron a los discursos de odio reproducidos por los medios de comunicación y redes sociales

- Publicidad -spot_imgspot_img

El intento de magnicidio contra la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner del jueves puso en el tapete la necesidad de pensar y tomar conciencia sobre el impacto y las repercusiones que tienen los discursos de odio cuando son reproducidos indiscriminadamente en redes sociales y medios de comunicación.

Muchos referentes, tanto del oficialismo como dentro de la oposición, han manifestado su repudio al incidente entendiendo que un atentado a un funcionario público elegido por el voto popular significa un crimen contra la propia democracia

SUSCRIBITE GRATIS AL NEWSLETTER

No te pierdas las últimas noticias en tu e-mail

El hecho parece servir como un quiebre, una oportunidad para reflexionar sobre las consecuencias que tienen los discursos de odio y la reproducción de mensajes que incitan a la violencia.

 

La teoría del loco aislado

Mucho ya se ha dicho sobre Sabag Montiel, la persona detenida por gatillar el arma sobre la cabeza de la vicepresidente de la nación. Lo primero que se encargaron de remarcar los medios es que era de origen brasilero, y que ya había tenido antecedentes por portación de armas.

Su origen brasilero, inmediatamente remite a la audiencia a los discursos de odio y políticas proarmamentistas de Jair Bolsonaro, instalando la idea de la penetración de esos discursos por las porosas fronteras. En cambio, Sabag vive y trabaja en argentina hace mucho tiempo y tuvo algunas apariciones mediáticas antes del incidente. 

En ellas, se expresa sin rastros de acento extranjero y reproduciendo un discurso absolutamente común. Dejarse llevar por su origen es un error. La persona que gatilló el arma en la cabeza de la vicepresidente de la nación vive en el país hace casi 30 años y es, para el caso, un argentino más.

Otros medios se encargaron de difundir las publicaciones más extremas de sus redes sociales, prestando atención a su afinidad con grupos de wicca y satanismo o a la esvástica que lleva tatuada en el brazo para intentar construir un estereotipo de psicópata aislado a lo Taxi Driver o el Guasón de Joaquin Pheanix.

En diálogo con Agencia Telam, Héctor Shalom, director del Museo de Ana Frank en Argentina, que el autor del magnicidio tenga tatuado un símbolo nazi en su brazo es un dato no esencial, hay un riesgo de suponer que lo sucedido es un evento individual, de un sujeto individual, y sería un error de lectura

En una nota brindada a la agencia, Shalom rechaza la hipótesis de “un evento individual, de un loco suelto” para intentar explicar el atentado contra Cristina Fernández. En cambio, prefiere “analizar al discurso de odio como una incitación al acto de violencia porque, finalmente, vimos que alguien puso en acto aquello que otros construyeron“.

Trending  El Movimiento Estudiantil y su lucha contra la desaparición de la Universidad pública y gratuita

 

Los discursos de odio

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el 2019 definió a los Discursos De Odio como cualquier tipo de discurso pronunciado en la esfera pública que procure promover, incitar o legitimar la discriminación, la deshumanización y/o la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de la pertenencia de las mismas a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social.

Además, atribuye a éstos discursos la generación de un clima cultural de intolerancia y odio y, en ciertos contextos, pueden provocar en la sociedad civil prácticas agresivas, segregacionistas o genocidas

Los discursos de odio y la responsabilidad tanto de los medios como de quienes los reproducen en redes sociales fue uno de los temas más abordados después del intento de magnicidio a Cristina Fernández.

Fueron muchos los funcionarios, legisladores, expertos y ONGs como Amnistía Internacional y el Centro Ana Frank Argentina quienes coincidieron en que el ataque a Cristina Fernández no puede atribuirse a un hecho aislado, sino que es el resultado de la sistemática propagación de odio a través de numerosas manifestaciones públicas, y coincidieron en pedir responsabilidad a “líderes políticos y medios” que llevaron a la “demonización” de la figura de la vicepresidenta.

Los discursos de odio dirigidos a la figura de la vicepresidenta escalaron y se encarnizaron después de que el fiscal Diego Luciani presentara las acusaciones del caso vialidad y después de que Cristina, por su parte, ejerciera su legítima defensa a través de su cuenta de Twitter. El hecho llevó a muchos simpatizantes a realizar manifestaciones frente a su departamento en el barrio de Recoleta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ante los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad de la ciudad, bajo el mando del Jefe de Gobierno de CABA y referente de Cambiemos, Horacio Larreta, la grieta se recrudeció tanto en las redes como en los medios tradicionales. Periodistas y referentes partidarios se han pronunciado sobre el hecho de manera que, según los expertos, promueve la confrontación ideológica y la escalada del conflicto.

El legislador y referente de Juntos Por el Cambio Ricardo López Murphy, por dar un ejemplo, publicó días antes un video en donde, con el slogan «Son ellos o nosotros», promueve esta enemistad. El intelectual y referente liberal Agustín Laje, por su parte, incentivó la segregación ideológica a través de un tweet que incentivaba a no relacionarse con militantes kirchneristas.

Como advirtieron algunos expertos, manifestaciones como éstas no son nuevas ni se deben exclusivamente al episodio en cuestión. Últimamente la reproducción de éstos discursos de odio se han vuelto moneda corriente, tanto en los medios como en las redes y los espacios públicos.    

Las manifestaciones de este discurso violento pudo verse en la guillotina o las bolsas negras mortuorias con nombres de funcionarios que pudo verse en las últimas manifestaciones opositoras.

También pudo verse en los continuos ataques al movimiento feminista, inmigrantes o beneficiarios de planes sociales desde muchos programas de televisión, transmitiendo discursos de odio e incitando a la violencia contra ellos

En ese mismo sentido se encuentra el enfoque mediático criminalizador que siempre se utiliza para abordar las protestas sociales, señalando solo el caos de tránsito y silenciando las expresiones.

Trending  Transporte urbano: una por una, las nuevas líneas de colectivos que circulan en Posadas

Este tipo de discursos en un delicado contexto social, con una peligrosa tensión política y más del 35% de la población bajo la línea de pobreza, aleja la posibilidad de diálogo y fomenta el odio en la audiencia

 

El descrédito

La primera reacción de la mayoría de la gente que recibió por las redes el video del intento de magnicidio, fue el descrédito. Esto es natural, ya que intentar matar a una figura presidencial en democracia parece más propio de algo que pase en un narcoestado como Colombia o en un estado mafioso como el de los Estados Unidos durante el asesinato a los Kennedy.

Pero aunque a algunos les cueste unos minutos darse cuenta de la gravedad de la situación, por suerte minutos después pudo encontrarse en las mismas redes con publicaciones de distintos referentes, tanto del oficialismo y la oposición como figuras que se encuentran por fuera de la grieta política actual, rechazando el intento de magnicidio y alertando sobre lo que esto significa para la democracia y el respeto a la voluntad popular.

Sin embargo, muchas personas prefieren seguir desacreditando de lo que pasó o no son capaces de dimensionar la gravedad del hecho. Es que el discurso antipolítico mayormente difundido en los últimos años lleva a interpretar todo lo que concierne a los funcionarios con un armado ficcional, descartando cualquier prueba o testimonio que pueda decir lo contrario.

El Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la Universidad Nacional de San Martín realizó un estudio sobre las condiciones para la circulación y reproducción de los Discursos de odio.

A través del análisis de distintos grupos focales, los investigadores observaron que, más allá de las pruebas o verosimilitud que pueda tener un relato, las personas están mucho más dispuestas a acreditar o compartir publicaciones que coinciden con lo que ellos ya estaban pensando antes de leerlo

A pesar de los hechos comprobables, muchos usuarios de redes sociales prefieren seguir manteniendo el relato de la política mentirosa en vez de ponerse a dimensionar el peligro que corre la democracia de un país ante la posibilidad de que alguien atente contra una figura elegida por el voto popular.

Por ello, no deja de ser importante y ponderable que ante hechos como estos sean repudiados por personajes y referentes de distintos colores políticos, demostrando que son capaces de dejar a un lado sus colores y convicciones personales o partidarias en pos de la defensa de la paz y el bien común que se consiguió con la democracia. 

ADEMÁS EN NEA HOY:

¿Quién es el hombre que intentó asesinar a Cristina Kirchner y cómo sigue el caso?

Las reacciones ante el intento de magnicidio de Cristina Fernández

Francisco habló con Cristina y le expresó su solidaridad y cercanía

últimas noticias

-Publicidad-

- Publicidad -spot_img
- Publicidad -

TE PUEDE INTERESAR

- Publicidad -spot_imgspot_img