Este domingo se cumplen 33 años de la tragedia, más conocida en Formosa, como el “Holocausto de Villa Jardín”.
El hecho ocurrió el 16 de octubre en el año 1989, coincidió con los festejos por el día de la madre, pero una tragedia sacudió a la sociedad formoseña.
En la comisaría del menor de la capital formoseña, ubicada en el barrio Villa Jardín, ocho menores que se encontraban alojados allí, denunciaban malos tratos y en protesta prendieron fuego los colchones para llamar la atención de las autoridades para poder recuperar su libertad y poder pasar el día con sus madres.
No los rescataron y murieron por asfixia y quemaduras durante el incendio que se desató. Por la tragedia de Villa Jardín no hubo detenidos ni responsables.
Hasta el día de hoy los familiares de las víctimas del “Holocausto de Villa Jardín” continúan con el pedido de justicia y coincidieron en que “el silencio y la impunidad ganan un año más’‘.
Agregaron que después de 30 años “no existen señales que apunten a que algún día podamos saber quienes fueron los responsables directos de este holocausto”.
Las víctimas se llamaban Ángel Moreno, Víctor Sanabria, Roberto Del Valle, Gustavo Rodríguez, Agustín Rodas, Edgardo Benítez, Walter Aguilar y Luis Dañacón.
Eran menores de entre 12 y 17 años y estaban detenidos en una celda de 3 por 3 metros, murieron todos, cuatro de ellos eran originarios. Ese día decidieron amotinarse por los malos tratos y golpes que recibían por parte de los uniformados.
Por el “Holocausto de Villa Jardín”, hubo un jurado de enjuiciamiento que finalizó con la destitución del por entonces Juez de Menores, Héctor Gallardo. En ese entonces el Gobernador de Formosa era Vicente Joga.
Los menores ese día querían salir por el día de la madre y quisieron llamar la atención incendiando los colchones, los dejaron encerrados porque un policía no se acordaba dónde había dejado las llaves de las celdas.
El recuerdo y pedido de justicia
Marcelo Moreno, hermano de Ángel, recordó que ese día se enteró por una radio local que informaba que debido al calor reinante se había producido un incendio en la Comisaría del Menor.
Cuando llegó, lo primero que vio fue el cuerpo de uno de los chicos que habrá tenido 10 o 12 años, expresó.
En la búsqueda de Ángel, le dijeron que había sido derivado a una comisaría, pero finalmente lo encontraron en la terapia intensiva del Hospital Central. En ese nosocomio también encontró a otro de los chicos, quien falleció horas después, al igual que su hermano.
Con respecto a la detención de su hermano, Marcelo Moreno, relató que la Policía durante esos años en un operativo de rutina le pidió los documentos a él y su hermano, Marcelo tenía pero Ángel no, por lo que fue demorado por averiguación de antecedentes, se lo llevaron y pasó la noche en una Subcomisaría.
“Al otro día fuimos con mi abuela a buscar a Ángel y la Policía nos dijo que fue trasladado a la Comisaría del Menor, y empezamos a hacer los trámites para sacarlo, algunos de los detenidos llevaban ocho meses allí y justo se acercaba el día de la madre, ese día, el de la madre, mi hermano junto a 7 menores más mueren”.
Impunidad
El “Holocausto de Villa Jardín”, fue “la mayor y más grave violación a los derechos humanos de la historia argentina en época democrática cuando se origina en la creación de dicha comisaría mediante el dictado de la Disposición Nº 051/85 de la Jefatura de Policía de la Provincia con conocimiento y aprobación el Poder Ejecutivo a través del Ministro de Gobierno de entonces, violando y subvirtiendo groseramente la ley de minoridad vigente en la época”, recordó el abogado Pedro Velázquez Ibarra, letrado de un familiar de la tragedia en Formosa.
Los funcionarios responsables de la muerte de los niños en la Comisaría del Menor jamás fueron imputados en causa judicial alguna.
“El Holocausto de Villa Jardín de Formosa fue escandalosamente grave; sobre todo por la impunidad”, aseguró Velázquez Ibarra.
Por la muerte de los menores del “Holocausto de Villa Jardín” el proceso penal culminó con leves penas para policías subalternos por apremios ilegales y violación de deberes de funcionario público.
Sin perjuicio de que el proceso judicial estuvo muy lejos de abarcar la extrema gravedad de los hechos, el auto de procesamiento de los policías subalternos informa sobre algunos aspectos de las vejaciones a que eran sometidos diariamente los niños, a quienes sus carceleros “reducían, utilizando las más variadas formas de martirizar y denigrar a las personas”. Así los menores estaban encerrados en sus celdas casi todo el día en condiciones insalubres.
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