En miras a la campaña del 2023, distintos referentes del PRO protagonizaron enfrentamientos e increpancias públicas que demostraron las grietas dentro del partido. La escalada de las internas y conflictos dentro de Juntos por el Cambio hicieron que las máximas autoridades se reunieran después de tres meses de actividad para definir los precandidatos a la presidencia.
Halcones y palomas
La interna de Juntos por el Cambio la dirimen dos facciones que se disputan la narrativa que tomará el bloque hacia para las elecciones del 2023. La primera intenta que el bloque adopte un discurso de derecha radical, inspirado en el populismo de Trump en Norteamérica o de Bolsonaro en Brasil, en la que un orador irreverente convoque y redirija el descontento social hacia un enemigo imaginario (los migrantes, los progres, las políticas LGBT, etc). Este bloque es el comúnmente conocido como “los halcones”.
La segunda facción opta por un discurso más de centro derecha para convencer a las mayorías, intentando reformular las estrategias del 2015. Con ésta postura moderada, buscan que Juntos por el Cambio representar una propuesta capaz de “ordenar” el caos con el que intentan asociar al oficialismo. A ellos, los medios y referentes de la derecha extrema bautizaron como “las palomas”.
Las diferencias entre ambas facciones comenzaron a principios de éste año, cuando Mauricio Macri y Patricia Bullrich comenzaron a tener gestos que apuntaban a tejer una alianza con el diputado nacional Javier Milei, de La Libertad Avanza, entendiendo que un discurso confrontativo como el suyo eran la clave para convocar a los votantes.
Javier Milei le contestó a Juntos por el Cambio: “Nunca iríamos con los corresponsables del fracaso” https://t.co/7IihtQRQaS
— Javier Milei (@JMilei) April 28, 2022
A pesar de que el propio Milei nunca llegó a expresar deseos de unirse a Juntos por el Cambio, ésto apuró a Horacio Rodriguez Larreta y a referentes de la UCR porteña como Martín Lousteau a convocar a una mesa política en abril para rechazar la inclusión del diputado en la coalición.
A la interna se sumó Lilita Carrió, que entre septiembre y octubre realizó varias declaraciones criticando el discurso extremo que están adoptando los referentes de Juntos por el Cambio, acusándolos de estar prendiendose de un “emprendimiento fascista” por fama o poder. Esta era una clara referencia a la radicalización de los discursos de Bullrich y Macri y sus acercamientos a Javier Milei.
La referente de la Coalición Cívica, además, denunció que fue espiada por la AFI durante el gobierno de Macri, hecho que también criticó el diputado Facundo Manes, generando el repudio de gran parte de la dirigencia del PRO.
Las vallas frente a lo de Cristina Kirchner
Pasados los meses, las rispideces entre ambas facciones se hicieron notar en otros episodios, como las críticas de Bullrich a Larreta por haber levantado las vallas frente a la casa de Cristina Kirchner diciendo que eso hacía ver a su gobierno como débil.
A ésto respondieron varios funcionarios de Larreta y parte del radicalismo, que dijeron que promover el caos era funcional al Kirchnerismo. Uno de ellos fue el jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, acusándola de tener intereses personales por sobre el orden de la ciudad.
El conflicto fue escalando a través de distintas declaraciones de la presidenta del PRO y respuestas de los funcionarios de Larreta, hasta que a principios de mes se viralizó un video en donde Patricia Bullrich increpó al jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel, con una abrupta frase: “No me crucés más por la tele porque la próxima te rompo la cara“.
El video fue captado en la presentación del segundo libro del expresidente Mauricio Macri, “Para Qué“. Lejos de disculparse, luego de la viralización del video la presidenta del PRO increpó al propio Larreta en una entrevista en Radio Rivadavia, con la frase “no me mandes más soldaditos” aduciendo que el jefe de gobierno enviaba a sus funcionarios a los medios para responder a sus declaraciones.
CABA y el libro de Macri
Uno de los puntos fuertes del conflicto es la candidatura por la jefatura de la Ciudad de Buenos Aires, que fue la cuna del PRO. Larreta, buscando el apoyo del radicalismo a nivel nacional, plantea una lista con él a la presidencia y Martín Lousteau para la ciudad.
Como presidenta de Cambiemos, Bullrich criticó a Larreta por ésta decisión, afirmando que estaría “entregando” la ciudad. Tanto ella como Mauricio Macri apoyan la candidatura de Franco Macri, argumentando que el candidato a la jefatura de la ciudad debería ser alguien del PRO para que, en palabras de Bullrich, el partido conserve el distrito como “su lugar, su semillero y su lugar de administración”.
Esta discusión se suma a la presentación del libro de Mauricio Macri, que también provocó las críticas de referentes del radicalismo nacional como Gerardo Morales. En el libro, y sus presentaciones, el ex presidente se separa de los discursos moderados que adoptó en su gobierno y se enmarca en el espacio más radicalizado del PRO, junto a Bullrich y Pichetto.
Sin embargo, la propuesta de privatizar Aerolíneas Argentinas no cayó bien al gobernador de Jujuy Gerardo Morales, ya que la empresa es clave para la conexión aérea de provincias como la que él gobierna y que no resultarían rentables para una aerolínea comercial.
Las candidaturas
La cúpula del PRO se reunió el martes para discutir la carrera a la presidencia, con la idea de que la definición en éste punto ponga paño frío a algunas de las internas de Juntos por el Cambio. La convocatoria que reunió a los principales referentes del PRO se realizó a las 8 de la mañana en un hotel ubicado a metros de Casa Rosada.
Allí, Mauricio Macri, transformado en referente espiritual del partido después de las presentaciones de su libro, ofició de moderador y el diputado Cristian Ritondo se encargó de anunciar las candidaturas a la presidencia para el 2023.
Se decidió así que los principales actores de la interna, Horacio Rodriguez Larreta y Patricia Bullrich se enfrentarían en las PASO, y además agregaron a María Eugenia Vidal como tercera candidata. Además, se decidió la creación de un mecanismo de coordinación política entre los jefes de campaña de los distintos candidatos para evitar que los conflictos entre ellos vuelvan a escalar hasta las PASO.
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