Mientras la cuestión de la tracción a sangre se hace lugar en la agenda correntina y gran parte de la sociedad toma postura sobre la actividad, el gremio de Carreros y Recicladores permanece en la búsqueda de que el Municipio los reciba para tratar problemáticas que aquejan al sector y que les impiden realizar el trabajo en condiciones más favorables.
Días atrás, un tenso enfrentamiento entre la referente local del Movimiento Argentino de Protección Animal (MAPAC), Isabel Cocomarola, y trabajadores del sector puso de manifiesto el grado de interés público que gira en torno a la actividad y las diferentes posiciones al respecto.
“No tenemos nada en contra de los carreros, ni el trabajo que realizan, sino que estamos en contra del abuso que cometen contra los animales. Por lo tanto, creemos que si esa práctica (la tracción a sangre) es la que permite que se viole constantemente la ley de protección animal se la debe suprimir ya que no es posible reglamentarla”, dijo Cocomarola a NEA HOY.
A su vez, indicó que el municipio capitalino está en la búsqueda de imponer una regulación que determine la cantidad de familias que viven de esta actividad con tal de ofrecer, en un futuro, un tipo de canje de elementos con el que puedan realizar la actividad y sustituyan a los animales, tal como fue el caso de los motocarros brindados durante la gestión de Camau Espínola.
La voz de los carreros y recicladores
El representante de la Federación de Trabajadores Correntinos (FeTraC), Cristian Piris, dialogó con NEA HOY y remarcó que el tema de la tracción a sangre se viene instalando en la agenda local y está generando reclamos por la prohibición, sin haber dado la posibilidad de generar un marco laboral con los sectores organizados.
Dejó en claro su desacuerdo con la prohibición de la actividad por considerarla “una actividad que genera ingresos para familias muy vulnerables, presentes en 35 barrios de la capital correntina; alrededor de 500 familias que precisan de los animales porque son su fuente de ingresos”.
“Por más presión social que exista, hay un sector que entiende que su actividad es válida y la va a defender”
Piris explicó que el gremio se encarga de reciclar ocho toneladas mensuales de plástico que son sacadas de los barrios e indicó que realizan un trabajo conjunto con algunos acopiadores locales y de otras ciudades, lo cual permite evitar que los carros deambulen por la ciudad buscando changas.
A su vez, dejó saber que realizan un trabajo conjunto con asociaciones proteccionistas, de las que se reservó el nombre, en pos de elaborar estrategias para cuidar la salud y el bienestar animal.
“A partir del trabajo que realizamos con estas organizaciones proteccionistas surgen pedidos que se hacen llegar a las autoridades, como el de realizar operativos conjuntos en los barrios donde estamos presentes para poder otorgar libretas sanitarias que demuestren que los animales que utilizan trabajadores del gremio se encuentran en buenas condiciones”, agregó Piris.
Respecto al “censo” que impulsa el municipio para conocer la situación actual del sector dijo que no están en desacuerdo con ello pero que la información debe ser tratada cuidadosamente ya que se trata de datos sensibles y deben reflejarse en beneficios para el sector.
“Lo que solicitamos es que nos dejen realizar nuestra actividad tranquilos. Hay muchas problemáticas que tiene el sector y las estamos resolviendo de forma unilateral, casi sin ayuda del Estado”
¿Motocarros que reemplacen a los caballos?
En cuanto a las motocarros que mencionó Isabel Cocomarola y que se nombra comúnmente en redes sociales como un reemplazo al uso de animales, el referente de FeTraC explicó que si la política no se aplica a través de un trabajo mancomunado con el gremio, sin tener en cuenta los objetivos y el tiempo a aplicar, fracasará.
“Lo que sucedió años atrás es que muchos motocarros se perdieron, se fundieron, las vendieron y todo porque no hubo un seguimiento al sector. Se debe tener en cuenta que la mayor parte del trabajo que realizan los carreros consiste en hacer fletes transportando arena, piedras, entre otros materiales, que se dificultan en una motocarro por las complejas situaciones de los barrios capitalinos”, consideró Piris.
En la misma línea, comentó que desde el gremio adquirieron bicicarros para enviarlo a las cooperativas, aunque no con el fin de reemplazar a los animales, sino de permitir a las familias que trabajan en el rubro acceder a sitios donde no pueden hacerlo con los caballos, como el microcentro y las avenidas principales.
“Lo que solicitamos es que nos dejen realizar nuestra actividad tranquilos. Hay muchas problemáticas que tiene el sector y las estamos resolviendo de forma unilateral, casi sin ayuda del Estado, ya que muestra una leve apertura pero todavía quedan muchas cuestiones por desarrollar y ampliar”, sostuvo el referente gremial.
Por otro lado, manifestó que se van a poder solucionar las cuestiones que aquejan al sector cuando la gestión municipal considere la necesidad de dialogar y establecer mesas de trabajo con actores que tienen capacidad de decisión y pueden pensar políticas a corto, mediano y largo plazo.
“Por más presión social que exista, hay un sector que entiende que su actividad es válida y la va a defender, y cuando no se evidencie que exista respeto por su actividad va a existir movilización, porque la base de la organización del gremio es la lucha del cuidado de su trabajo”, finalizó Piris.
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