La biblioterapia como concepto es bastante nueva y poco difundida en el país. Se plantea utilizar los espacios de lectura como recurso terapéutico, generando una situación de interacción e introspección en el proceso, tanto de lectura como el de escritura y el de interacción con otros a partir del texto.
La bibliotecaria formoseña Julieta Nuñez se encuentra dictando un taller de biblioterapia. Al ser una de las pocas ofertas educativas sobre la materia, recibió alumnos e interesados de todo el país. En diálogo con NEA HOY, explicó la importancia de generar herramientas y espacios de reflexión sobre esta propuesta.
Experiencias de biblioterapia en Formosa
Julieta es al mismo tiempo poeta, bibliotecaria y usuaria de los servicios de salud mental. Su historia personal la llevó en el 2016 a participar de una actividad que el Hospital Borda realizaba en conmemoración por los dos años de la represión ejercida durante el Gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires.
Como cuenta ella, participar en esta actividad con distintos referentes de la salud mental y variadas propuestas artísticas alrededor de la desmanicomialización le “abrió el bocho”, e inmediatamente empezó a leer e interiorizarse sobre las distintas herramientas que desde su profesión podía emplear para ayudar a las comunidades vulnerables.
Al poco tiempo, después de coordinar con los directivos y el personal del espacio de salud mental del Hospital Distrital 8 de Formosa, armó el proyecto de biblioterapia junto a sus alumnos de la carrera de bibliotecología, para realizar espacios de lectura y escritura con los pacientes.
A través de las lecturas y el intercambio en un espacio creativo, el espacio de biblioterapia sirvió como espacio de interacción y abstracción de las personas que estaban internadas en el hospital. Además, el proyecto también implicó la creación de una biblioteca gestionada por los propios pacientes, para generar una apropiación del trabajo por parte de ellos mismos.
Los proyectos de biblioterapia son también una intervención sobre los espacios de Salud Mental tradicional, requiriendo coordinar con los profesionales y adecuar los tratamientos para que el paciente pueda estar lo suficientemente lúcido para participar de las mismas, lo que implica, entre otras cosas, una reducción en la medicación.
“No es solamente algo ingenuo, de ir a leer un cuento, sino que se intenta también que en ese tiempo se reduzca la medicación y puedas estar lúcido para participar, para conectarte con el cuento, para reflexionar con el grupo”, explica Nuñez.
Los proyectos de biblioterapia, especialmente en espacios de salud mental, son proyectos ambiciosos y requieren del compromiso tanto de voluntarios como de profesionales, ya que implica una perspectiva crítica sobre las terapias tradicionales desde una perspectiva de desmanicomialización.
“Falta mucha concientización sobre lo que es la Salud Mental Comunitaria, popular, la desmanicomialización, por eso también mi insistencia sobre este taller de biblioterapia, para acuñar esos términos, la importancia de reducir la medicalización durante las lecturas, etc.”, explicó Nuñez.
Posteriormente, llevó el proyecto al Hospital de la Madre y el Niño, realizando lecturas junto a pacientes y familiares en salas de espera. Con sus alumnos de la carrera de Bibliotecología, Julieta cuenta que pudieron reciclar una heladera y adaptarla para guardar varias colecciones de libros infantiles para el hospital.
Multiplicar es la tarea
Este mes, Julieta Nuñez estará brindando de manera online un taller de biblioterapia para de esta manera utilizar todos los conocimientos aplicados y lecciones aprendidas en estas intervenciones, en un espacio de reflexión y aprendizaje junto a otras personas interesadas en esta alternativa.
“Me daba cuenta que no había muchos proyectos bibliotecarios aplicados a las comunidades vulnerables, de geriátricos, hospitales”, comenta Nuñez, “así que surgió la idea de hacer este taller virtual para cualquier persona que quiera asistir, o esté trabajando en espacios de salud mental”.
Además, explica que en el taller se trabajarán “herramientas teóricas y textos míos basados en estas experiencias para que se pueda establecer un vínculo amoroso entre el libro y el paciente”.
La propuesta del taller de biblioterapia fue muy bien recibida. Muchos profesionales de la bibliotecología y personal de la salud de todo el país le escribieron a Nuñez interesados en saber más o poder aplicar esta disciplina.
Para esta cohorte, Julieta estará dictando el taller con 18 alumnos de todo el país. “La idea es brindar este taller y que sirva también como espacio de reflexión de la salud mental y se repasen algunas herramientas teóricas, compendios de la Ley de Salud Mental, y la idea es que ellos puedan generar un proyecto de intervención en poblaciones vulnerables y puedan aplicar estos conocimientos en sus comunidades”.
La propuesta, además, abre la posibilidad de ir conectando a las distintas personas e iniciativas de biblioterapia de todo el país, para a través de esta red ir generando y compartiendo herramientas que puedan ser útiles para la continuidad de las mismas.
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