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Martes 16 de abril de 2024
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Hablemos de menstruación: cómo superar el tabú y la desigualdad de género

Todos los meses las mujeres incurren en un gasto que, como la brecha salarial y la precarización de los trabajos feminizados, aumenta la desigualdad económica de género. A ésto se suma la falta de información y estigmas que existe al respecto

Todos los meses las mujeres incurren en un gasto que, como la brecha salarial y la precarización de los trabajos feminizados, aumenta la desigualdad económica de género. A ésto se suma la falta de información y estigmas que existe al respecto

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A pesar de ser un proceso natural, la menstruación ha permanecido como un tabú durante mucho tiempo. La poca información que circula al respecto, la estigmatización que existe alrededor del sangrado y los precios de los productos que se utilizan para gestionar la menstruación contribuyen a la desigualdad de género y puede llegar hasta a comprometer la salud de las mujeres

Lucía Espiñeira es economista y coordinadora de MenstruAcción, la campaña de Ecofeminitas, organización que se dedica a visibilizar las desigualdades de género. En diálogo con NEA HOY, explicó que el concepto de “gestión menstrual” fue desarrollado para dar cuenta de que la menstruación no termina con la higiene y la salud.

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La dimensión económica

La campaña además abarca la dimensión económica, es decir, cuánto le cuesta a las mujeres menstruar. Entendiendo que una vez al mes las mujeres deben incurrir en distintos gastos para ocultar esa menstruación y seguir yendo al trabajo, a la escuela y a eventos sociales, éste gasto se suma a factores como la brecha salarial para acrecentar las diferencias económicas de género. 

 

Los productos para gestionar la menstruación muchas veces son considerados como productos de lujo, siempre están en las mismas góndolas junto con aquellos productos de cosmética que solo compramos cuando le sobra plata a fin de mes” explica Espiñeira, “y la verdad es que no funciona así, porque esos productos en realidad son de primera necesidad, porque una no puede elegir menstruar solo cuando le sobra la plata”.

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En marzo del 2022, Ecofeminita realizó un cálculo de cuánto le cuesta menstruar al año a las mujeres. Esto, además, se ve acrecentado por el efecto inflacionario, que hace que a las mujeres les cueste cada vez más menstruar y que cada vez más mujeres, al no alcanzarle el dinero para comprar éstos productos, terminen gestionando su menstruación con otros productos que pueden afectar su salud.

La suba de precios de los productos relacionados con la menstruación hace que cada vez más mujeres incurran en prácticas insalubres para gestionarla.

Es por eso que la economista remarca que “sí, tenemos que hablar de menstruación, pero principalmente tenemos que poner el foco en aquellas que menos ingresos tienen, y que más se le complica llegar a fin de mes y aparte gestionar su menstruación”.

Espiñeira menciona algunas medidas que se llevan a cabo, tanto en Argentina como en distintas partes del mundo, para atender este problema. Una de ellas es el control o reducción de los precios a través de la quita de impuestos a esos productos, teniendo en cuenta que son impuestos sexistas ya que solo se le aplican a las mujeres. Otra sería la provista gratuita de éstos productos a mujeres de menores ingresos.

 

Hablemos de menstruación

La información también es clave para la gestión de la menstruación, tanto a un nivel individual (cuanto más y de más calidad sea la información que tenga una mujer, mejor van a poder tomar decisiones sobre como gestionar su menstruación) como a nivel social (cuanto más estudios y estadísticas se generen sobre el tema, mejores posibilidades de gestionar la menstruación tendrán).

El problema es que por mucho tiempo, la menstruación permaneció como un tema tabú y motivo de vergüenza para muchas mujeres. Esto lleva a que, por ejemplo, muchas niñas sientan mayores ansiedades y miedos de ir a la escuela los días que están menstruando, corriendo el riesgo de atrasarse en sus procesos educativos

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Algunas organizaciones reclaman la necesidad de que se hable más sobre el tema. Que se pueda hablar más libremente y libre de vergüenzas y prejuicios, haría que se comparta más información importante para la gestión de la menstruación, que podría significar un alivio económico para las mujeres y hasta un beneficio para su salud.

Para Espiñeira, la necesidad de romper ese cerco informativo, marcado por la estigmatización de la menstruación, también abriría un mayor interés por indagar e investigar el tema. “El mismo tabú y el mismo estigma que carga la temática hace que no se investigue en ningún ámbito, tanto en lo médico, en lo biológico, pero especialmente en lo socioeconómico”.

Sociólogos y economistas no se han preguntado mucho sobre la menstruación, y como resultado hoy tenemos pocos datos censales al respecto, cuanto se menstrua, cómo se menstrua y cómo se elige gestionar esa menstruación, y esto hace que a veces se incurra en prácticas insalubres vinculadas a la menstruación o que no se pregunte en las consultas médicas sobre cómo las gestionamos”, concluyó la economista.

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