Tras la noticia de la llegada de la vacuna contra el dengue a Argentina, el Ministerio de Salud Pública de Corrientes anunció que, probablemente, se comience a aplicar en la población local desde septiembre de este año.
Según la Directora de Epidemiología de la misma cartera, Angelina Bobadilla, la provincia atraviesa un momento complejo en relación al incremento de casos; hasta el momento, se cuenta alrededor de 600 casos de dengue y unos 100 de chikungunya. Sin embargo, prevén que sea una de las últimas semanas con estos índices negativos.
En diálogo con NEA HOY, la profesional destacó la llegada de la vacuna a la región por tratarse de uno de los métodos más eficaces para combatir la enfermedad y respondió consultas frecuentes que se dan actualmente en torno al tema.
Bobadilla señaló que la vacuna se viene evaluando desde hace algunos años y tiene la capacidad de proteger de los cuatro serotipos a quienes se la apliquen. Esta es la principal característica que la distingue de otras vacunas que se están probando en el mundo, dijo.
¿Desde qué edad se puede aplicar la nueva vacuna?
“Es una vacuna que va a ser aplicada a partir de los 4 años de edad, hasta los 60, según tenemos entendido hasta ahora. Veremos cómo llega el lineamiento técnico para la aplicación en el país”, explicó la Directora de Epidemiología.
Y remarcó que “la vacuna no discrimina si la persona tuvo o no dengue antes”, por lo que “no es necesario realizar algún estudio para saber si la persona contrajo la enfermedad antes”.
¿Qué contiene la vacuna?
La profesional correntina señaló que la vacuna posee “fragmentos de virus, de los cuatro serotipos que conocemos del virus dengue”.
“Son fragmentos inactivados que ingresan al cuerpo y van a generar respuesta inmune, anticuerpos que serán los protectores cuando ingrese el virus de dengue en un ciclo epidémico nuevo; ya sea el próximo verano o los otros ciclos”, agregó Bobadilla.
¿Esto significa que no podría contagiarme de dengue, en adelante?
Lo cierto, tal como indicó la Directora de Epidemiología, es que la vacuna evitaría que se genere la enfermedad en forma grave y que no evitará, en muchos casos, la contracción de la enfermedad.
Vale acotar que, en el estudio clínico Tides, que incluyó cerca de 20.000 participantes sanos de zonas endémicas, con un seguimiento de 4,5 años, la nueva vacuna demostró, con dos dosis, reducir un 84% las hospitalizaciones por dengue y un 61% el riesgo de dengue sintomático, con un muy excelente perfil de seguridad.
¿Podría tener efectos adversos?
En síntesis con lo sucedido con la vacuna contra el COVID-19, Bobadilla señaló que, si bien están a la espera de los lineamientos técnicos, por la experiencia que se tiene de otros países donde se aplica, como Paraguay o Brasil, los efectos adversos normales podrían incluir dolor local, fiebre o febrícula, pero nada más que eso.
¿Y mientras tanto?
En la espera de la llegada de la nueva vacuna, Bobadilla resaltó que es importante continuar con las medidas de prevención, que tiene que ver con eliminar los criaderos de mosquitos, usar repelente y, en caso de detectar síntomas (dolor de cabeza, dolor detrás de los ojos, náuseas, vómitos, dolor corporal, entre otros) consultar al médico de forma urgente.
Por otro lado, remarcó la importancia de no automedicarse. “Es fundamental, si hay dolor de cabeza, fiebre muscular, articular, dolor detrás de los ojos, no automedicarse. Lo único que puedo tomar hasta llegar al médico y que evalúe mi estado es paracetamol. Después, no toma ningún otro analgésico”, cerró la Directora de Epidemiología.
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