Argentina cuenta con parques y reservas naturales que pertenecen al Estado Nacional y por lo tanto su preservación, como la protección y conservación de la fauna silvestre, es responsabilidad y patrimonio de todos los ciudadanos argentinos. Hay 500 áreas protegidas registradas en el Sistema Federal de Áreas Protegidas (SiFAP).
Las áreas protegidas que integran el SiFAP incluyen 55 de jurisdicción nacional bajo la Administración de Parques Nacionales, 442 reconocidas por las provincias y sometidas a algún tipo de gestión provincial, privada o de gestión mixta.
La provincia de Formosa registra catorce áreas protegidas de conservación. Entre las áreas protegidas que cubren la región se destacan el Parque Nacional Río Pilcomayo, la Reserva Natural Formosa, Laguna Yema, Herradura y el bañado La Estrella.
En el 2018 la Cámara de Diputados de Formosa aprobó por unanimidad el proyecto de Ley de Creación del Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas enviado desde el Poder Ejecutivo. Desde su implementación la Ley N°1673 sirve de instrumento marco para ordenar los espacios provinciales dedicados a la conservación de recursos naturales y la biodiversidad.
La normativa provincial contempla una categorización para la conservación y manejo de las áreas naturales protegidas, al tiempo que busca lograr el desarrollo sustentable para Formosa con la conservación de las distintas especies, muchas en peligro de extinción, que conviven en estas áreas protegidas.
La provincia norteña también cuenta con el Programa de Biodiversidad, Áreas Protegidas y Cambio Climático (Bioarca) a través del cual técnicos y equipos del Ministerio de la Producción de Formosa llevan adelante el cuidado, protección y conservación de los recursos de la fauna silvestre autóctona, al que también se suman rescatistas, miembros de la Policía de la provincia y destacamentos de Gendarmería Nacional.
Hace varios años, en Formosa declararon Monumento Natural Provincial a especies en peligro de extinción: el oso hormiguero, yaguareté, aguará guazú y el ciervo de los pantanos. También lo son el tapir, tatú carreta, el mono mirikiná y el muitú.
En base al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, estas especies gozan de protección y no podrán ser cazados, vendidos, dañados o explotados.
¿Qué son las Áreas Protegidas?
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza establece que un área protegida es un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y gestionado, mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales asociados.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica explica que es un área protegida geográficamente definida que está designada o gestionada para lograr específicos objetivos de conservación.
Las áreas protegidas de Formosa superan las 230 hectáreas y alcanzan hasta las 381.600 como el Bañado la Estrella, uno de los lugares turísticos de la provincia más destacados por ser el tercer humedal más grande de América del Sur. Se extiende desde el ingreso de las aguas del río Pilcomayo hasta la Ruta Provincial 24.
Una de las catorce áreas protegidas es la Reserva de Biosfera Riacho Teuquito, ubicada al oeste de la provincia de Formosa, que presenta una alta heterogeneidad ambiental natural. También, y aunque no es tan conocida, otra área protegida es el Parque Provincial Laguna Hu en la localidad de Pastoril. Además, la Reserva de Uso Múltiple Agua Dulce, la Laguna Herradura, Puerto Dalmacia y la reserva y Estancia Guaycolec, en la capital de Formosa.
La provincia cuenta además con tres áreas protegidas de conservación que son: la Reserva Privada El Bagual en la Localidad de Laishi, la Reserva Natural Formosa al oeste de la provincia, cercana a la Localidad de Ingeniero Juárez, y el Parque Nacional Río Pilcomayo en el noroeste de la provincia de Formosa.
La protección del medio ambiente y sobre todo la concientización sobre la gran relevancia que tienen las reservas naturales y áreas protegidas, es debido a que se rigen bajo pautas específicas de protección, restauración y conservación. Las mismas, son clave para mantener espacios que amparen la biodiversidad y fundamentalmente protejan la vida silvestre.
Existen dos tipos de áreas protegidas naturales según se permita o no la explotación de sus recursos. Una donde está prohibida la explotación de recursos, salvo que en casos excepcionales se autorice, por ejemplo, en casos donde se presenten motivos educativos, de investigación o de conservación.
Y las áreas protegidas donde está permitida la explotación de los recursos, siempre que no impida la conservación del entorno ambiental que se busca proteger y conservar, por ejemplo, el ecoturismo.
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