La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al COVID-19 como una enfermedad donde los infectados pueden presentar cuadros respiratorios de leves a moderados, además, las personas mayores y las que padecen comorbilidades, como ser: cardiovasculares, diabetes, enfermedades respiratorias crónicas o cáncer, tienen más probabilidades de presentar un cuadro grave y secuelas posterior al contagio.
El mundo entero está en vilo por la pandemia del COVID-19: hace ya más de un año y medio que se declaró el contagio comunitario del virus y el Gobierno de Paraguay tomó distintas medidas para evitar el colapso del sistema de salud.
Asimismo, con la vacunación contra el COVID-19 resulta esperanzador que cada vez haya más casos de pacientes recuperados y menos mortalidad por millón de habitantes.
Situación actual de Paraguay
La licenciada en Kinesiología Ruth Ortiz, especializada en cuidados críticos e intensivos, además en rehabilitación de pacientes con COVID-19 internados en las UTIs, explicó: “El primer semestre del año vivimos una situación crítica, la tasa de mortalidad fue muy alta, aunque disminuyó la transmisión del virus y ahora hay una transmisión viral baja”.
En la misma línea, la capital de Paraguay dejó de estar en zona roja y de alta transmisión comunitaria del COVID-19. En las ciudades de Asunción, San Lorenzo, Luque, Mariano Roque Alonso y el área metropolitana pasaron a zona naranja tras la disminución de casos.
Sin embargo, la cantidad de muertes por habitantes sigue en zona roja, aunque el Ministerio de Salud reportó que entre un 20% y un 30% de decesos corresponden a contagios de más de 15 días y en pacientes hospitalizados.
No obstante, en lo que corresponde al 12% de todo el territorio paraguayo se encuentra en el nivel tres de alta transmisión comunitaria. Mientras que, en el nivel dos, se hallan 71 distritos y en el nivel 1 moderada a baja, están 157 distritos, es decir, el 61% del territorio de Paraguay.
Secuelas del COVID-19
Las personas que se contagian pueden experimentar una serie de síntomas, algunos más frecuentes en ciertas edades, algunos incluso pueden durar semanas o meses después de haberse infectado con el virus del COVID-19 por primera vez.
Ortiz se refirió al rango etario que fue más afectado en Paraguay y que presentó mayores inconvenientes: “Fue principalmente en personas de 50 a 80 años, también se vieron casos en jóvenes, donde la mortalidad fue alta en el último tiempo”.
Entonces, ¿las secuelas son las mismas en todos los casos? Principalmente se dan en pacientes que estuvieron mucho tiempo en cuidados intensivos y quienes tuvieron más complicaciones a nivel pulmonar.
“Vimos lesiones músculo esqueléticas, lesiones a nivel de la piel en pacientes que estuvieron mucho tiempo en cuidados intensivos”, agregó la Ortiz. Además, la especialista explicó que los pacientes no ingresados “también quedaron con secuelas, algunas inmediatas otras más tardías”.
“Las secuelas más comunes que vimos en Paraguay fueron la fatiga y la debilidad muscular en los pacientes contagiados”.
Preocupación por la variante Delta
En relación a la variante Delta el Ministerio de Salud de Paraguay confirmó 14 nuevos casos, 11 son de Asunción y tres en el departamento Central, con estos nuevos contagios suman 34 pacientes con la variante en el país.
Según el mapa de variantes en el mundo de la Organización Mundial de la Salud, la variante Beta no ha sido detectada en Paraguay, no obstante las que se detectaron en el país son la Alpha, en pocos casos la Gamma y la Delta que es la que más preocupación causa a nivel mundial por su fácil transmisión y alto nivel de mortalidad.
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