Hace 37 años nacía una entidad llamada a investigar una de las páginas más tristes y horrendas de la historia argentina. Con el advenimiento de la democracia el 15 de diciembre de 1983, el Presidente Raúl Alfonsín creaba la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), la cual se encargó de plasmar en un informe las violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la última dictadura militar y el terrorismo de estado durante los años 1976 a 1983. Así nació el Nunca Más.
La CONADEP se creó con el objetivo de averiguar los crímenes cometidos, pero no de juzgar criminales. Fue impulsada a tan solo cinco días de haber asumido Alfonsín y entre sus funciones principales se destacó la búsqueda de personas desaparecidas, niños sustraídos a sus madres en los centros clandestinos de detención y recibir todo tipo de denuncias relacionadas al plan sistemático llevado a cabo por los represores que operaron en el país bajo el Gobierno de facto de Jorge Rafael Videla.
El 20 de septiembre de 1984, Raúl Alfonsín recibía en la Casa de Gobierno el informe final de la CONADEP, luego de algunos meses de estar en funcionamiento y recorrer a lo largo y a ancho todo el territorio nacional, llegaron a la confección de un informe final, que tomaría la forma de un libro y fue publicado con el nombre Nunca Más, en clara evidencia de repudio pero fundamentalmente para plasmar la verdad sobre los actos criminales que ocurrieron durante el proceso militar y marcar el camino que Nunca Más la Argentina debe transitar.
Participaron en la confección del informe final de la CONADEP: Ernesto Sabato, Ricardo Colombres, René Favaloro, Hilario Fernández Long, Gregorio Klimovsky, Jaime de Nevares, Graciela Fernández Meijide, Magdalena Ruiz Guiñazú, entre otros.
El escritor y presidente de la comisión nacional, Ernesto Sabato, fue el responsable de presentar y entregar en manos el informe de la CONADEP al Presidente Alfonsín.
Un día como hoy pero de 1984 el Nunca Más tomó relevancia en la sociedad argentina en la trascendencia de la palabra y lucha de las madres y abuelas de Plaza de Mayo, en la verdad hecha tinta sobre los centros clandestinos de detención, en las torturas, desapariciones, secuestros, sustracción de bebés recién nacidos, el horror de la dictadura.
El informe de la CONADEP es según Alfonsín un “aporte fundamental para que, de aquí en adelante, los argentinos sepamos cabalmente, por lo menos, cuál es el camino que jamás deberemos transitar en el futuro. Para que nunca más el odio, para que nunca más la violencia perturbe, conmueva y degrade a la sociedad argentina”.
La CONADEP relevó miles de casos de desaparición, secuestro, tortura y ejecuciones, con cada uno de los casos denunciados se conformó un legajo numerado. La Comisión compiló más de 50.000 páginas de documentación, sirviendo de fuente documental para el libro Nunca Más y gran parte de la tarea desarrollada por la CONADEP y su Informe Final fueron utilizados por el Fiscal Julio César Strassera en su acusación durante el juicio a las Juntas Militares.
La investigación de la CONADEP y su informe público Nunca Más fueron el resultado de la conformación de una alianza entre la mayoría de los organismos de derechos humanos y la conducción del Estado que se tradujo en un proceso de legitimación recíproca entre la comisión, los organismos, los familiares y los sobrevivientes.
El Nunca Más les otorgó a los organismos, a los familiares y a los sobrevivientes una legitimidad pública inédita, en especial, al asignarles un rol protagónico. Se cumplen 37 años de esta trascendental acción de gobierno por decisión del “padre de la democracia” el Presidente Raúl Alfonsín, fue el primer paso de un propósito fundamental que Nunca Más sea para siempre.
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