El programa Huertas Escolares fue creado en el 2018, donde se implementó en todos los establecimientos de gestión pública y privada de las zonas rurales y urbanas. El proyecto consiste en huertas educativas como recurso pedagógico con enfoque agroecológico.
Los objetivos son incluir a la huerta como un recurso en las instituciones, para lograrlo las autoridades deben ver el lugar en las escuelas, para luego implementar talleres sobre horticultura, compost y demás.
La iniciativa busca implementar talleres teóricos-prácticos sobre horticultura destinados a directivos, docentes, estudiantes, padres y a toda la comunidad educativa para generar conciencia ambiental en la sociedad.
Misiones es la provincia que contiene en su territorio el mayor porcentaje de agricultores familiares de todo el país. Hay 1.400.000 habitantes, de los cuales 35.000 son agricultores, es decir, uno de cada 40 habitantes es agricultor.
Soberanía alimentaria
La huerta educativa permite rescatar, motivar, revalorizar las diferentes formas de construcción del aprendizaje, en los talleres se utilizan estrategias innovadoras, interactivas y participativas.
La misma posee un potencial pedagógico para atravesar los espacios curriculares, donde se posibilita el intercambio de conocimiento más allá de la materia que estén estudiando los alumnos.
La Directora de Escuelas con Orientación Productiva Dependiente, Marjorie Loli Márquez explicó a NEA HOY: “Buscamos generar conciencia ambiental en los niños y jóvenes, promover la agricultura familiar y enseñar el derecho a la soberanía alimentaria a todas las personas, y sobre todo promover la educación económica a través de la agricultura”.
Los estudiantes como agentes multiplicadores
En este caso, los alumnos y las alumnas se convierten en agentes multiplicadores, utilizan la huerta como un espacio de aprendizaje innovador, autoproducen y enseñan en sus familias la importancia del consumo de frutas y verduras.
La educación en este programa está basada en el cuidado del medioambiente y el concepto de soberanía alimentaria. “Todos los conocimientos que adquieren, son aprehendidos de modo bimodal, en el taller y la huerta para consolidar los saberes del campo, como el conjunto de procesos tecnológicos, técnicos, científicos”, indicó Loli Márquez.
El caso de la Escuela Nicolás Avellaneda
La escuela N° 48 Nicolás Avellaneda de Posadas, en su rol de aportar a la formación de los futuros ciudadanos, busca promover y fortalecer, a través del proyecto de huerta escolar la conciencia ecológica, y la pertenecía a una identidad terrenal en armonía con la naturaleza.
Los principales objetivos son que los alumnos aprendan a revalorizar la figura del agricultor misionero; a cultivar frutas y verduras; y a desarrollar tecnologías relacionadas con las huertas.
Elías Barboza, profesor de la Escuela N° 48 explicó: “Promovemos la vinculación de los alumnos con la tierra, cada persona que participa en estas huertas escolares tiene la misión de generar conciencia ambiental y alimentación saludable”.
Desde la escuela entienden que la evaluación consiste en la acreditación de saberes, por ende, es oportuno recuperar la noción seguimiento diario, poniendo en valor los procesos de aprendizajes de los estudiantes y como insumo para repensar en forma permanente la enseñanza.
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