El sector ladrillero en el Chaco está en crecimiento en los últimos dos años a partir del desarrollo de la obra pública y los programas de casa propia impulsados por el Estado. De acuerdo al registro del Instituto de Agricultura Familiar y Economía Popular, son alrededor de 2000 los ladrilleros registrados, aunque se estima que hay mil más que no están regularizados.
Los ladrilleros, a su vez, se organizan a través de consorcios registrados en el IAFEP. Desde 2021, existe un fondo provincial destinado al financiamiento de ladrillerías con el objetivo de que los productores estén debidamente organizados y cuenten con un piso de recursos económicos para desarrollar sus emprendimientos, crecer y generar empleos.
“La idea es llegar a la cantidad de producción necesaria para que el Estado pueda comprarles para la construcción de viviendas y otras obras públicas. Hasta ahora se les compra pero no en gran magnitud ya que la producción es reducida”, explicaron a NEA HOY desde el IAFEP.
También destacaron que para lograr una mayor producción de ladrillos, los consorcios registrados en el IAFEP adquirieron nuevas maquinarias que les permiten mejorar la calidad, cantidad de producción y abastecer a las grandes obras públicas que se realizan en la provincia.
Precio fijo para los ladrillos
Los ladrillos se venden por cantidad, los mil de calidad y prolijidad cuestan 22.000 pesos, a veces un poco menos si no están prolijos en su corte. El precio suele variar de acuerdo a la demanda y también a los costos de combustible para el traslado de los mismos. De hecho, uno de los componentes que suele encarecer su precio es la nafta.
Sin embargo, desde 2021, el Estado provincial acordó con los consorcios ladrilleros fijar un precio base para la producción de ladrillos a fin de evitar que se menosprecie el producto. Desde entonces, todos los ladrillos que se utilizan para la obra pública deben pagarse al mismo precio.
Ese acuerdo también incluye programas de obras públicas para construcción de hospitales, escuelas, centros de salud y otros edificios en los que deben comprarse ladrillos producidos por los consorcios locales. De esta manera, se genera empleo en las ladrillerías y se garantiza el crecimiento del sector en toda la provincia.
Producción para otras provincias
Actualmente, el ladrillo del Chaco, está registrando una gran demanda en otros puntos del país como La Pampa, Mendoza, Santa Fe y provincia Buenos Aires, se utilizan también para la obra pública y obras particulares. Con traslado incluido, el costo y la calidad de los ladrillos chaqueños son mucho mejores que los que se producen en otras provincias.
“Es una oportunidad para nosotros y tenemos que estar preparados para satisfacer la demanda de ese mercado, con la calidad y la medida que necesitan, también acomodándose a la forma de envío que es en palets y envueltos en film”, señaló Oscar González, ladrillero de General San Martín.
La producción promedio de cada ladrillera de la provincia es de 20.000 adobes por mes, lo que se traduce en un total de 40 millones de unidades de barro cocinado en treinta días. El valor de cada unidad de ladrillo ronda los 20 o 22 pesos, lo que permite una recaudación total que supera los 400 millones de pesos mensuales para las ladrillerías chaqueñas.
En ese sentido, destacan que el monto total de la recaudación de ladrillos se redistribuye en las economías locales ya que la mayoría de las ladrillerías se encuentran en el interior de la provincia, generalmente son cooperativas o emprendimientos familiares. Es dinero que queda en los pueblos, en los almacenes, en el comercio local, advierten los ladrilleros.
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