El Día Interamericano del Agua se instituyó en 1992 por iniciativa de la Asociación Interamericana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (AIDIS), la Asociación Caribeña de Agua y Aguas Residuales (CWWA), y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Su objetivo fue, y sigue siendo, concientizar sobre lo valioso e importante que es este recurso para asegurar la salud y desarrollo de todos sus ciudadanos.
Según estableció el Congreso Interamericano de AIDIS, realizado en 1992, la fecha en que se lleva a cabo la conmemoración es el primer sábado de octubre e invita, en particular, a los referentes de países latinoamericanos a trabajar sobre la realidad de millones de personas que aún no cuentan con acceso a este recurso vital.
En el NEA existen, entre tantos sitios, cuatro reservorios de agua dulce que se destacan en el continente y a nivel global, y que también requieren de la conciencia social para subsistir. Los destacamos a continuación.
Ecorregión de agua dulce del Iguazú
Esta inmensa región, contenedora de millones de litros de agua dulce, abarca las aguas altas del río Iguazú y las del Paraná, luego de la caída de las Cataratas del Iguazú.
El caudal de esta ecorregión llega hasta el océano Atlántico y abastece de agua potable, principalmente, a cientos de ciudades argentinas y brasileñas. Además, es fuente vital por las especies ícticas que ofrece a la población.
Respecto a la concientización, el Día Interamericano del Agua invita a la reflexión sobre los últimos acontecimientos que ponen en peligro el inmenso caudal de agua dulce, como, por ejemplo, la deforestación y el reemplazo de árboles por cultivos o pastos que hacen que el suelo no retenga la humedad y que provocan que, durante la estación seca, los manantiales cercanos generan menos agua o incluso se secan.
Esto afecta directamente la calidad del agua a lo largo de casi toda la extensión del río Iguazú.
Río Paraná
Sin dudas, uno de los emblemas del NEA, que recorre las geografías de Misiones, Corrientes y Chaco, el Paraná es el sexto río de llanura más importante del mundo. Moviliza un caudal colosal de 16.000 metros cúbicos por segundo, es decir un volumen equivalente a más de 6 piletas olímpicas cada segundo.
Señalan los expertos de distintas universidades argentinas que su cauce principal, su llanura de inundación, permite que se desarrolle toda la complejidad biológica del sistema.
El Paraná en su tramo argentino, dicen investigadores de la Universidad Nacional del Litoral, tiene una ventaja frente a otros de su mismo tipo y es que se encuentra en estado “casi natural”.
La poca intervención del hombre, aguas abajo de Yacyretá, permite tener un paisaje tal como lo generó el propio río y da oportunidad a los investigadores de conocer su comportamiento y explorarlo como si fuera un gran laboratorio natural.
A su vez, hay tres características fundamentales que hacen del Paraná un gran río: su caudal de 16.000 metros cúbicos por segundo, el tamaño de su sedimento del orden de los 300 micrones –es decir, la tercera parte de un milímetro– y su poca pendiente de 3 a 4 centímetros por kilómetro.
Esteros del Iberá
Otro de los baluartes de la región en materia de agua dulce, fauna y flora, se encuentra en el centro de la Provincia de Corrientes. Se trata de los Esteros del Iberá, uno de los humedales de agua dulce más importante del planeta, que cuenta con una superficie de 1.300.000 hectáreas.
Se lo conoce con el nombre de “esteros” por la presencia permanente de aguas poco profundas cubiertas de vegetación a lo largo de una gran extensión de tierras.
Este, como tantos otros sitios, requieren una fuerte conciencia social, que, a la vez, se traduzca en una legislación coherente para lograr la protección del recurso de agua dulce y permita extender su utilidad en adelante; proveyendo agua a los pobladores que habitan a sus alrededores y generando el espacio propicio para la reproducción de especies animales que sirvan de alimento.
Río Bermejo
Nacido en regiones bolivianas, el río Bermejo es parte de la Hoya hidrográfica del Plata y es junto con el río Pilcomayo el principal afluente del río Paraguay. Ocupa parte de las provincias de Formosa, Chaco, Salta y Jujuy.
Este río integra el Sistema de la Cuenca del Río de la Plata que drena aproximadamente 3.100.000 km2, casi el 20% del área del continente sudamericano, hacia el océano Atlántico.
El mayor uso que se le da, según informes de los organismos estatales que analizan los recursos hídricos, es en la zona rica algodonera al este.
Asimismo, es una fuente valiosa para la zona de regadío en la parte occidental, en la provincia de Jujuy y Salta con importantes cultivos de caña de azúcar; una extensa zona ganadera a lo largo de todo el río y a ambos costados, con más de un millón de cabezas vacunas y lanares; una gran extensión de campos cubiertos de bosques naturales con vegetación tropical salteña típica que va intensificando su densidad boscosa a medida que el cauce del Bermejo avanza hacia su desembocadura.
También sobre este recurso es esencial la reflexión ya que ha sido, y continúa siendo, escenario de grandes eventos de contaminación, principalmente, por pérdidas de petróleo de empresas multinacionales. Vale contemplar que el río es fuente de agua para los lugareños, por lo que las consecuencias de la contaminación tiene efectos directos.
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