Hace dos semanas la Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría un proyecto de reforma de la ley de integración socio-urbana de barrios populares, (conocida como Ley de Barrios Populares). La iniciativa, propone ampliar el alcance de la ley sancionada en el 2018, prorrogar la suspensión de los desalojos por diez años (como garantía de implementación de la ley y del derecho a la vivienda) y agilizar los procesos administrativos.
Desde su existencia, la Ley de Barrios Populares posibilitó la implementación de políticas públicas destinadas a fortalecer el acceso a los servicios públicos, garantizando una tarifa social a aplicarse en todos los conglomerados incluidos en el Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBaP), logrando la articulación entre distintos niveles del estado y las cooperativas beneficiarias del Potenciar Trabajo.
El proyecto obtuvo 227 votos afirmativos, 2 negativos y 3 abstenciones y ya tuvo el visto bueno de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado. A pesar de ésto, tras su aprobación se reprodujeron los dichos de algunos referentes políticos que continúan estigmatizando a las familias que viven en barrios populares y se manifestaron en contra de que las mismas accedan a derechos a una vivienda digna.
A partir de los testimonios de distintos beneficiados, en la siguiente nota se desarrolla la forma en que, a partir de la ley, distintas familias de todo el NEA estan teniendo la oportunidad de conformar cooperativas y trabajar junto a sus vecinos en la ampliación de sus derechos.
Patricia, todo tu bloque votó a favor y la primera vez se votó en tu gobierno. La ley salió por unanimidad. Y no solo suspende desalojos sino que propone seguir urbanizando los barrios de todo el país. Te preocupa más tu interna que los intereses de 5 millones de personas. https://t.co/3U49Dx1vM2
— Natalia Zaracho (@Naty_Zaracho) October 13, 2022
De Libertad a Esperanza
Mario Gonzalez vive en Puerto Libertad, a unos 35 kilómetros de Puerto Iguazú. Coordina la rama de la construcción en la cooperativa “Paraje Unidos”. “Nosotros somos parte de un movimiento social”, explicó Mario en diálogo con NEA HOY, “estamos trabajando hace varios años tratando de organizar a compañeros que trabajan de forma informal”.
Junto a otros 24 compañeros, viaja todos los días más de 10 kilómetros hasta un barrio popular en el municipio de Puerto Esperanza. Allí, tienen asignado la construcción de 20 núcleos húmedos, que incluye un baño y una cocina, parte de un proyecto de urbanización en el barrio que beneficiará a más de 100 familias. “Son familias bastante humildes”, aclaró Mario, “cada casa tienen letrinas, no tienen baños, y son más que nada ranchos de madera, algunos un poquito mejor, otros en no muy buenas condiciones”.
Mario siempre se dedicó a la construcción. Antes de unirse a la cooperativa se debía rebuscarse todos los meses para conseguir distintas changas para sostener el hogar que comparte con su esposa y tres hijos. Ser miembro de la cooperativa lo hace beneficiario del Potenciar Trabajo, y esto le asegura un sueldo equivalente a la mitad del Salario Mínimo Vital y Móvil, que aunque no sea mucho, por lo menos le aporta un sustento los meses en que no hay actividad.
Ser parte de una cooperativa, además, le da la posibilidad de ser incluido en los distintos proyectos de urbanización de barrios populares. Cada vez que surgen estos proyectos, Mario y sus compañeros reciben por su trabajo un complemento económico que, junto al Potenciar Trabajo, les ayuda a mantener a sus familias y llegar a fin de mes.
Con ésta metodología, Mario y su equipo realizaron varios trabajos destinados a la mejora de los barrios populares, como cordones cuneta, asfalto y construcción de espacios de usos múltiples. Con sus compañeros se organizan de tal manera de que, si uno se enferma o debe faltar por una emergencia familiar, pueda ser cubierto por otro compañero sin que esto afecte a su fuente laboral.
Desde la perspectiva de Mario, las partidas presupuestarias asignadas a la urbanización de barrios populares tiene un doble beneficio. Por un lado, se está mejorando la calidad de vida de las 100 familias que viven en el barrio donde se realiza la construcción. Por el otro, se está dando trabajo a grupos como el de su cooperativa, que si no fuera por ésto volverían a vivir de las changas esporádicas sin poder asegurar el sustento de sus familias.
En el barrio Dr. Montaña de Corrientes
Yesica Gutierrez y sus dos hijos viven hace cuatro años en un asentamiento del barrio Dr. Montaña, en la capital correntina. El barrio no cuenta con cloacas, tiene un tendido eléctrico con muy mala tensión y calles de tierra que se inundan entreveran entre las casas.
A las 500 familias que viven en ese barrio les es difícil encontrar trabajo. Muchas veces para conseguirlo tienen que decir que viven en otros barrios cuando les piden el domicilio, tanto porque las calles no están catastradas como también por el estigma que existe sobre los que habitan en el asentamiento.
Quienes logran conseguir alguna changa, muchas veces terminan perdiéndola, porque cuando llueve se vuelve difícil mantener la comida y ropa limpia para los chicos y llegar al trabajo en condiciones.
Como vecina, Yesica respondió a los relevamientos que hicieron los censistas del Renabap y fue participando en las distintas reuniones que se organizaban para planificar la urbanización del barrio. Terminó formando parte de la Cooperativa “Construir Trabajo” y se unió al área de la construcción. “Me gustaba la idea de una mujer en construcción, que cambie ese estereotipo de que siempre la construcción era solamente para los hombres”, explicó en diálogo con NEA HOY.
Yesica tuvo distintos trabajos, fue moza, barrendera, pero siempre daban poco dinero y apenas alcanzaba para la comida de su familia. Había ayudado en construcciones de vecinos o familiares, pero aún así nunca habría podido ser albañil, nadie la habría aceptado siendo ella una mujer.
Pero en la cooperativa es ella la que puede elegir, así que decidió junto a otras compañeras por la rama de la construcción. “Hay bastantes chicas en la construcción, como yo, no se veían tampoco haciendo construcción, tenían otros tipos de trabajo”.
Como parte de la cooperativa, Yesica accedió a cobrar el Potenciar Trabajo y hoy es parte del grupo de construcción que lleva adelante el proyecto de urbanización en su propio barrio. El proyecto comprende el asfaltado de las calles, cloacas y colocación de postes para el tendido eléctrico. Además, se les reubicará y construirá hogares a aquellas familias que se encuentran en los espacios donde se proyectan las calles.
Gracias a los proyectos de urbanización de la Ley de Barrios Populares, Yesica puede trabajar junto a sus compañeras a pocas cuadras de su casa en un proyecto que mejorará su calidad de vida y la de sus vecinos. “En los trabajos anteriores yo recibía lo que me daban. Era bastante poco y apenas cubría para comer en la semana. Pero con ésto de la construcción ahora puedo decir que llego a fin de mes”, dijo.
Los barrios populares del NEA
De acuerdo al relevamiento del Renabap, en el NEA hay un total de 1087 barrios populares. 375 de ellos se encuentran en Misiones, 200 en Corrientes, 111 en Formosa y 401 en el Chaco. En cada uno de ellos existen historias como las de Yésica y Mario, de gente que conforma cooperativas para poder salir adelante y familias que mejoran su calidad de vida gracias a los proyectos de urbanización.
El proyecto de Reforma de la Ley de Barrios Populares (con media sanción de @DiputadosAR) se está tratando en las comisiones de Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda del Senado.
Seguilo en vivo 👉 https://t.co/se427OvOmt
#ReformaDeLaLeyDeBarriosPopularesYa
— TECHO Argentina (@TECHOarg) October 19, 2022
En total, son 157246 familias en las cuatro provincias que, con la prórroga de la ley, siguen teniendo la oportunidad de que frente de su casa se logre hacer un asfaltado, mejorar el cordón cuneta o ser beneficiadas con la mejora de sus viviendas, a la vez que se garantiza el sustento de las personas que trabajan para la mejora de su barrio.
Mientras que algunos referentes políticos persisten en la estigmatización de éstas familias a través de los medios, que la ampliación de la Ley de Barrios Populares haya obtenido el consenso que tuvo aporta una tranquilidad a éstas familias que, gracias a las políticas públicas impulsadas desde ésta normativa, ven que finalmente pueden trabajar en el acceso a sus propios derechos.
ADEMÁS EN NEA HOY:
